Tanto si es en forma de postre como para acompañar a diferentes platos, la piña es una fruta tropical cada vez más presente en nuestra cocina. Su agradable dulzor y las propiedades nutricionales que nos ofrece, la han convertido en una de las frutas más apreciadas.
Su interesante valor nutricional
El principal componente de la piña es el agua, que constituye aproximadamente el 85 % de su peso. Esta cantidad de agua convierte a la piña en un alimento con un valor energético muy bajo, por lo que personas con problemas de exceso de peso u obesidad pueden incluirla en su alimentación sin ningún problema. El nutriente principal de la piña son los hidratos de carbono simples, que suponen aproximadamente el 11 % de su peso, mientras que las proteínas y las grasas apenas están presentes en esta fruta, al igual que en el resto.
En cuanto al contenido en vitaminas cabe destacar la presencia de vitamina C, responsable de numerosas e importantes funciones en el organismo como su participación en la formación del colágeno (proteína presente en huesos, dientes y cartílagos), de los glóbulos rojos, de los corticoides (hormonas) y de los ácidos biliares. Además la vitamina C favorece la absorción de hierro por parte de nuestro cuerpo y posee una importante función inmunológica ya que potencia la resistencia del organismo frente a la infecciones. La vitamina C es una sustancia con acción antioxidante, es decir, nos protege frente a los radicales libres, asociados al envejecimiento y a algunas enfermedades. Además de vitamina C, la piña posee en cantidades inferiores, vitamina B1 y B6. En relación con los minerales, potasio, magnesio, cobre y manganeso, son los más abundantes.
Rica en fibra
Aunque la piña presenta una composición interesante de vitaminas y minerales, su componente más significativo es la fibra. Esta fruta aporta 1,2 g de fibra por cada 100 g de porción comestible. Una cantidad considerable que convierte a la piña en un alimento idóneo, tanto para prevenir como para mejorar los síntomas del estreñimiento. Además la fibra disminuye la absorción del colesterol y retarda la de otros nutrientes como la glucosa, por lo que su consumo será beneficioso tanto para personas con niveles elevados de colesterol en sangre como para quienes tienen diabetes. La fibra también tiene la capacidad de alargar el tiempo de vaciado gástrico por lo que aporta sensación de saciedad, lo que la convierte en un buen complemento para personas que llevan a cabo dietas de control de peso.
Una fruta que facilita las digestiones
La piña contiene una enzima conocida con el nombre de bromelina o bromelaína. Ésta es una enzima proteolítica, lo que quiere decir que es capaz de «romper» las proteínas dejando libres las unidades que las forman, los aminoácidos. Por tanto, se puede decir que la piña ayuda al estómago a digerir los alimentos ricos en proteínas como las carnes, el pescado, los lácteos o el huevo. Además, gracias a la presencia de esta enzima, el consumo de piña está aconsejado en personas con hipoclorhidria (falta de ácido clorhídrico en el jugo del estómago), cuyos síntomas son la pesadez de estómago y las digestiones lentas. También es recomendable la piña en casos de atonía gástrica, o lo que es lo mismo, cuando el estómago presenta dificultades para vaciarse. En cualquiera de estos casos, la piña va a resultar beneficiosa tanto si se toma antes como después de las comidas, siempre que esté fresca y bien madura.
Si es en almíbar…
Si la piña se consume en almíbar su contenido calórico aumenta, prácticamente se multiplica por dos. Esto se debe al contenido en azúcar del almíbar, lo que convierte a este tipo de conservas en alimentos a limitar o evitar por parte de personas con problemas de exceso de peso u obesidad, diabéticos, o quienes presenten niveles elevados de triglicéridos en sangre.
La piña en almíbar presenta otro inconveniente, en este caso relacionado con sus propiedades digestivas. La bromelina presente en la piña fresca no se encuentra en la piña en almíbar ya que esta enzima se degrada fácilmente con el calor, por lo que el tratamiento térmico al que se someten las conservas la destruye. Por tanto, la piña en conserva apenas actúa como estimulante digestivo.
¿Está desaconsejada en algún caso?
Aunque la piña ayuda al estómago a hacer la digestión, su consumo no está aconsejado en personas con gastritis o úlcera gastroduodenal, ya que debido a su contenido en ácidos órganicos de frutas y a su capacidad para favorecer la producción de jugos gástricos, puede agudizar la sintomatología de estas enfermedades.