Estudios epidemiológicos realizados con población japonesa femenina ofrecen como resultados que la ingesta habitual de alimentos ricos en fitoestrógenos como la soja y derivados, desempeñan un papel beneficioso para paliar o tratar los síntomas asociados al climaterio.
Los resultados obtenidos indican que estas mujeres disfrutan de una menor incidencia de sofocos, dolores articulares y musculares, irritabilidad, aumento de peso… (síntomas comunes durante la menopausia). Los efectos positivos se deben a la presencia en la soja de unos compuestos (isoflavonas, un tipo de fitoestrógenos) con acción similar a los estrógenos (hormonas sexuales femeninas que dejan de segregarse tras la menopausia).
Esto se traduce en acciones positivas sobre determinados órganos y tejidos como la pared vascular (se reduce el riesgo de alteraciones cardiovasculares), el hueso (disminuye el riesgo de fracturas osteoporóticas), el tracto urogenital bajo -vagina- (menor sequedad vaginal) y el sistema nervioso (menos sofocos).