El desconcierto no se detiene. La Unión Europea advirtió ayer, a través del comisario europeo de Protección de los Consumidores, David Byrne, que no se ha adoptado ninguna medida de precaución para evitar que se transmita el mal de las «vacas locas» a la especie humana a través del consumo de grasas animales. A todo ello se suma la alarma provocada por las inspecciones realizadas por la Guardia Civil en instalaciones del sector ganadero. Dos de cada tres intervenciones se han traducido en denuncias y se han efectuado al menos siete detenciones.
Byrne no desecha una prohibición drástica de las grasas animales, a la vista de que su supervisión y control están sujetos a muchas dificultades. No obstante, el remedio puede ser peor que la enfermedad, dado que la eventual sustitución de grasas animales por vegetales topa con los límites impuestos a la producción de oleaginosas en la UE.