La vitamina A contribuye al mantenimiento y desarrollo de los tejidos, desempeña funciones esenciales en la visión y el crecimiento óseo, así como en el sistema inmunitario y en el nervioso. Durante el embarazo, todas estas acciones se llevan a cabo también en el feto. Por ello es esencial un aporte adecuado de esta vitamina durante toda la gestación. No obstante, al ser soluble en grasa, el organismo tiene reservas y puede no ser preciso un aporte extra. En cualquier caso, conviene asesorarse antes de tomar suplementos vitamínicos si se está embarazada. Un mal uso o un abuso de ciertos nutrientes afecta de manera negativa al desarrollo del bebé.
El organismo de la mujer embarazada necesita un aporte diario de 800 microgramos de vitamina A (un microgramo es una milésima parte de un gramo), un nutriente que participa en numerosas funciones orgánicas. A pesar de que los requerimientos son pequeños -si se compara con otros nutrientes, como por ejemplo, las recomendaciones diarias de vitamina C, que son de 60 miligramos-, su aporte adecuado es esencial para el buen funcionamiento orgánico. Para lograr un aporte suficiente de vitamina A que cubra los requerimientos de la madre embarazada y del futuro bebé basta con conocer los alimentos más ricos en este nutriente e incorporarlos a la dieta diaria.
Alimentos de elección
Esta vitamina se encuentra en alimentos de origen animal como la leche y sus derivados más grasos (nata, mantequilla), la yema de huevo, el hígado, el aceite de hígado de pescados y la margarina enriquecida. Los vegetales contienen betacaroteno, un pigmento colorante, que en nuestro organismo se transforma en vitamina A conforme éste lo necesita. Esta provitamina A está presente en los vegetales, frutas y hortalizas, de color amarillo, naranja o rojizo, como zanahoria, tomate, pimiento rojo, níspero, mandarina, albaricoque, ciruela amarilla y melocotón.También abunda en hortalizas, verduras y frutas de color verde, en las que la clorofila es más abundante y enmascara el color del betacaroteno, como espinacas, acelga, brócoli, apio verde o pimiento verde. El consumo variado de frutas y de hortalizas es la manera de garantizar el aporte de esta vitamina.
Precaución en el embarazo
La vitamina A forma parte del grupo de las vitaminas liposolubles, es decir, es soluble en grasa. Esta propiedad hace que la vitamina A pueda almacenarse en el organismo, principalmente en el hígado y en el tejido adiposo (tejido graso). Por tanto, las necesidades de vitamina A no aumentan durante el embarazo respecto a la población general, gracias a las reservas que la madre tiene de dicho nutriente.Dado que esta vitamina está implicada en procesos de división celular y crecimiento, dosis excesivas ingeridas durante el embarazo pueden provocar la interrupción del mismo. También pueden causar la aparición de anomalías congénitas en el feto como malformaciones craneofaciales (cara y cráneo) que incluyen la falta o malformación del pabellón auricular, frente estrecha, nariz muy pequeña y ojos separados de la línea media. Se ha documentado asimismo que el exceso de esta vitamina puede provocar anomalías cardíacas, alteraciones en el sistema nervioso y en el desarrollo del timo, un órgano relacionado con la inmunidad.
El exceso de esta vitamina se debe más al abuso o mal uso de suplementos vitamínicos que al consumo de alimentos ricos en este nutriente
Por este motivo, las mujeres que deseen quedarse embarazadas y, en general, aquéllas que se encuentren en edad fértil, deberán consultar con su médico antes de tomar suplementos que contengan dicha vitamina. A medida que se acerca el verano, las farmacias y parafarmacias, así como tiendas de herbodietética, hacen ofertas de complementos alimenticios para acelerar el bronceado o para proteger de las quemaduras solares. Algunos de estos complementos en forma de comprimidos o cápsulas están formulados con dosis altas de betacaroteno o de vitamina A, por lo que su consumo si se está embarazada está contraindicado.
Un aporte excesivo de vitamina A puede producir toxicidad. Cuando se sobrepasan de forma persistente los requerimientos de vitamina A en más de 1.000 veces se supera la capacidad del hígado para almacenar esta vitamina. Esta sobredosis puede causar una intoxicación que cursa por lo general con alteraciones de la piel y las mucosas. Este exceso de vitamina se debe más al abuso o mal uso de suplementos de esta vitamina que al consumo de alimentos ricos en este nutriente.