Un estudio llevado a cabo en el Hospital Universitario de Eppendorf, en Hamburgo (Alemania), y publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition, ha indicado que las distintas alternativas saludables a la comida rápida (nuevas opciones frente a las clásicas hamburguesas, las patatas fritas y las bebidas con gas y azúcar) pueden tener los mismos efectos sobre el sistema cardiovascular.
El equipo evaluó la función endotelial (importante indicador de enfermedad cardiovascular cuando ésta sufre alteraciones) inicial y otros marcadores de enfermedad cardiovascular en 24 voluntarios sanos de unos 32 años (14 mujeres y los 10 hombres) sin ninguna alimentación especial ni consumo de suplementos vitamínicos.
Una vez elaborado este primer análisis, los voluntarios comieron un menú de comida rápida durante una semana, otro menú durante una segunda semana y un tercer menú los últimos siete días de estudio. En el tercer menú se añadió ensalada, fruta, yogur y zumo de naranja. Un solo menú de comida rápida altera la función endotelial», afirma el autor principal del estudio, el doctor Tanja K. Rudolph, del mismo hospital.
Los investigadores hallaron que la función endotelial se alteraba dentro de las dos y las cuatro horas posteriores al consumo de cada una de las tres comidas, sin diferencias estadísticamente significativas entre ellas. Asimismo, Rudolph precisó que las tres comidas tuvieron un efecto negativo sobre otros marcadores de enfermedad cardiovascular. Según los investigadores, la hipótesis previa a los resultados era que los componentes saludables como el zumo o las ensaladas podrían prevenir la alteración de la función endotelial. «Pero no pudimos observarlo», destaca el profesor.