Las autoridades alimentarias noruegas creen que no hay hacer saltar la alarma por las conclusiones de un estudio científico publicado por la revista «Science» que afirma que existe una relación entre el consumo de salmón de cultivo noruego y el cáncer.
La inspectora de nutrición, Are Sletta, le ha restado importancia al tema asegurando que «las investigaciones realizadas de los científicos noruegos, basadas en estudios más amplios y continuados en el tiempo, no llegaron nunca a semejantes conclusiones».
El Consejo noruego de exportación de pescado teme que la publicación de este estudio pueda afectar de forma negativa a la exportación de éste. Tradicionales empresas importadoras japonesas han comenzado ya a suspender la importación de salmón noruego a raíz del informe de los científicos estadounidenses.
Esta investigación no es la primera que saca esa conclusión, un equipo de científicos estadounidenses lo hizo y el Gobierno noruego tampoco le prestó importancia.
El estudio, que vincula el cáncer y el salmón de cultivo, se realizó en varias ciudades de Estados Unidos y Europa, tomando unos 700 salmones salvajes y de cultivo como muestra. Las pruebas evidencian mayores niveles de dioxinas y sustancias nocivas en el salmón de cultivo que en el salmón salvaje. Por ello, los norteamericanos recomendaron a los consumidores no comer más de 250 g de salmón de cultivo al mes.