Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard afirma que las mujeres que consumen carne roja o procesada, como hamburguesas o «perritos», tienen más riesgo de infarto que quienes las sustituyen por otros alimentos ricos en proteínas, como el pescado, el pollo o los frutos secos. Aseguran que mujeres que toman dos raciones diarias de carne roja tienen un 30% más de probabilidades de padecer enfermedades coronarias que las que sólo consumen media ración.
Adam Bernstein, autor de la investigación, señala que el trabajo demuestra que buscar sustitutos para la carne roja o minimizar la cantidad de este producto en la dieta «tiene beneficios». Las conclusiones explican que las mujeres que cambiaron la carne roja por frutos secos redujeron un 30% el riesgo cardiovascular, mientras que quienes lo hicieron por pescado registraron un 24% menos de riesgo, que fue un 19% menor al sustituir la carne roja por pollo.
En la elaboración de esta investigación participaron más de 84.000 mujeres, la mayoría de origen caucásico, con edades comprendidas entre 30 y 55 años. Se les preguntó por su historial médico, sus hábitos alimenticios y estilos de vida a través de cuestionarios frecuentes durante 26 años.