Los adobos y marinados son dos técnicas de conservación de alimentos que se emplean para ablandar y disimular el sabor extremadamente fuerte de carnes duras y fundamentalmente de carnes de caza mayor, como el jabalí.
El vino añadido en las marinadas tiene como objeto ablandar las carnes, y proporcionarle un sabor característico.
Las marinadas también llevan verduras y hierbas aromáticas cuyo sabor y perfume penetran en las fibras de la carne o pescado dándole un sabor exquisito si se utilizan de una manera racional. Las marinadas no llevan sal, ya que ésta provoca que la carne exude sus jugos, haciéndola seca a la hora de ser cocinada.