Los pacientes con asma alérgica y rinitis poseen mayores probabilidades de sufrir una alergia alimentaria que el resto de la población. Según un estudio realizado por el Hospital Clinic de Barcelona, que se presentó en la XXII Reunión de Invierno de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la razón se encuentra en la interrelación de las vías respiratorias con las digestivas y se produce como consecuencia de la acción de ciertas proteínas.
El estudio, dirigido por Joan Bartra, ha demostrado que esta relación está provocada por la acción de algunas proteínas, que provocan una reacción alérgica al introducirse por alguna de las vías y la sensibilización del organismo. Posteriormente, la presencia de proteínas procedentes de otras fuentes con composiciones químicas muy parecidas a la primera ocasionan reacciones alérgicas como consecuencia de un proceso de sensibilidad cruzada.
El estudio muestra que en España más del 50% de los pacientes con rinitis y asma por polen de plátano de sombra son alérgicos a algunos vegetales como el melocotón, la lechuga y la avellana. En algunas zonas, donde la carga de polen de gramíneas es más elevada, la mayor parte de las alergias alimentarias en estos pacientes ocurren tras la ingesta de melón o melocotón.
Según Bartra, el patrón de alergia a los alimentos está influenciado tanto por los aeroalérgenos presentes en una determinada área geográfica, como por los hábitos nutricionales de sus habitantes. Por ejemplo, el polen de abedul es el responsable del 20% de las alergias respiratorias en el centro y el norte de Europa. Allí se ha observado que el 70% de esos pacientes mostraban también alergias alimentarias a las avellanas, el apio y la zanahoria.
La investigación ha demostrado que los vegetales son los alérgenos alimentarios más frecuentes entre los afectados por este tipo de patologías respiratorias, ya que provocan reacciones a entre el 30% y el 60% de estos pacientes. El segundo tipo de alimentos que más reacciones provoca es el marisco, que es más prevalente en pacientes con rinitis y en los que padecen asma alérgica por ácaros.