Cuando son frescas y recién recogidas, las espinacas presentan las hojas crujientes, verdes y brillantes. Deben consumirse lo antes posible, porque se conservan muy pocos días en la nevera.
Las espinacas presentan muchas opciones para cocinarlas: se pueden comer crudas en ensaladas, ligeramente escaldadas para salteados, elaboradas a la crema o cocidas (ocho minutos, casi sin agua y un vez desechados los tallos). Se debe tener en cuenta que, si se decide cocinarlas, se reducen mucho. Por lo general, de un kilo de espinacas frescas se obtiene la mitad de las mismas una vez cocinadas.
El lavado
Antes de su utilización, las espinacas deben lavarse con esmero para eliminar posibles restos de tierra y arenilla. Igualmente, las hojas poco frescas o dañadas se desecharán. Para limpiarlas, se sujeta la hoja de la espinaca entre los dedos y estiramos del tallo, de manera que se le arranca el nervio, y así la misma queda sin tallo y sin nervio central.
El escaldado
Una vez se han limpiado, las hojas ya están listas para escaldar. Para hacerlo, se introducen en una cazuela con abundante agua hirviendo, añadiendo además una pizca de sal. Se deja que vuelva a hervir y se cocinan durante 30 segundos. Posteriormente se pasan por el escurridor y se enjuagan, o bien bajo el chorro del agua fría, o bien sumergidas en un recipiente con agua fría y hielo. Finalmente, se las espinacas se escurren con la mano, y así se eliminan los restos de agua.
Después de escaldarlas, las espinacas pueden acabar de cocinarse para elaborar una gran variedad de platos
Esta técnica recibe el nombre de escaldado. Con esta técnica, las espinacas no se cocinan del todo, pero se consigue eliminar el sabor tan fuerte que tienen y fijar el color verde, así como les da un aspecto brillante.
¿Qué cocinar?
Una vez escaldadas, las espinacas pueden terminar de cocinarse. Un salteado de verduras puede ser un buen ejemplo. Se elaboran en una sartén muy caliente con un poco de aceite y dientes de ajo troceados y junto con otras verduras como calabacín en rodajas, espárragos trigueros troceados o bastones de zanahoria.
También se pueden cocinar a la crema. A las espinacas, ya escaldadas y troceadas con un cuchillo, se les añade un poco de besamel o nata liquida. Después se cocinan poco a poco hasta formar una crema homogénea de color verde, la cual pondremos a punto de sal y pimienta blanca. Se suele terminar con unos daditos de queso graso por encima.
Además de solas o acompañando a otras verduras, las espinacas pueden acompañar a una gran variedad de alimentos como legumbres, pescados o quesos. Otras recetas con espinacas podrían ser: