Nombre científico y familia:
El albaricoque (Prunus armeniaca), también conocido como damasco o albérchigo, es el fruto del albaricoquero. Pertenece a la familia de las rosáceas, la cual incluye más de 2.000 especies de plantas herbáceas, arbustos y árboles distribuidos por regiones templadas de todo el mundo. Las principales frutas europeas, además del rosal, pertenecen a esta gran familia.
Origen:
A esta fruta se la denominó originariamente Prunus armeniaca porque los romanos la introdujeron en Europa desde el lejano oriente vía Armenia. Es oriundo de las zonas templadas de Asia, Corea del Norte o Manchuria, si bien las primeras referencias sobre su cultivo se remontan al año 3000 a.C. en China. En la actualidad se produce en países como Turquía, Suiza, Grecia, España, Francia, EEUU, Sudáfrica y Nueva Zelanda.
Variedades más comercializadas en España:
Currot: la variedad más temprana que aparece en el mercado. Son frutos de pequeño tamaño, piel delicada de color blanco a rosáceo, pulpa blanquecina poco carnosa y sabor acidulo. Ginesta: es también una de las variedades más precoces. Los frutos tienen forma esférica y piel blanquecina. La pulpa es carnosa, de color blanco, sabor suave y delicado. Mitger: variedad que se caracteriza por el tamaño de sus frutos, en torno a 50-55 mm de diámetro. Su piel es fina, suave, aterciopelada y su carne blanca, dulce y jugosa. Aparece en el mercado español a finales del mes de mayo. Bulida: variedad española de frutos grandes o muy grandes y con un surco poco profundo. Su piel es amarilla, y su carne, dulce, jugosa y perfumada. Se recolecta a principios de junio. Canino: variedad española de fruto con forma casi redonda y tamaño grande o muy grande, de piel amarilla o anaranjada. Se recolecta en junio. Nancy: es un fruto de tamaño muy grande, un poco hinchado en la base y casi esférico y abollado en el pico. Su piel es de color amarillo oro con vetas rojas y su piel presenta pequeños abultamientos. La carne tiene color cobrizo, es perfumada y de sabor fino, dulce y un poco ácida. Se recolecta en julio. Paviot: son frutos de tamaño muy grande, de color anaranjado y rojo intenso. Su carne es amarilla, fina y agradable. Se recolecta en los meses de julio y agosto. Moniquí: el fruto es oval y aplastado, de gran tamaño, con piel blanquecina y pulpa turgente, carnosa y de sabor muy azucarado. Madura a finales de junio o principios de julio. Galta roja: posee una piel atractiva, mitad rojiza y mitad amarilla anaranjada y su pulpa es anaranjada y de sabor dulce.
La mejor temporada:
Cuando más dulces y jugosos se pueden encontrar los albaricoques es desde los últimos días de la primavera hasta finales del verano, es decir, entre julio y septiembre.
Valor nutricional:
En comparación con otras frutas su aporte energético es bastante bajo debido a su alto contenido de agua y modesto aporte de hidratos de carbono. Destaca por su riqueza de fibra y de sustancias antioxidantes. Su contenido mineral no es menos importante, ya que es rico en potasio, fósforo, magnesio y calcio, si bien este último es de peor aprovechamiento que el que procede de otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral. En cuanto a vitaminas aporta cantidades apreciables de beta-caroteno o provitamina A y vitamina E; ambas de acción antioxidante, y en menor proporción vitamina C, B3 o niacina y ácido fólico.
Tabla de composición nutricional (por 100 g de porción comestible)
Energía (Kcal) | Agua (mL) | Hidratos de carbono (g) | Fibra (g) | Potasio (mg) | Fósforo (mg) | Calcio (mg) | Vitamina A (mcg) | Vit. E (mg) |
39,7 | 85,3 | 9,5 | 2,1 | 290 | 24 | 17 | 27 | 0,7 |
Ventajas e inconvenientes de su consumo:
Por sus características y composición nutricional se ha de fomentar su consumo en todas las edades: niños, jóvenes, adultos, deportistas, embarazadas o madres lactantes y personas mayores. Su contenido de provitamina A (beta-caroteno) les confiere su color anaranjado característico, y junto con la vitamina E, dada la acción antioxidante de ambas, hacen que esta fruta sea muy adecuada para contribuir en la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer. Estas frutas son ricas en potasio y de acción diurética, muy recomendable en caso de hipertensión arterial, retención de líquidos y oliguria (producción escasa de orina), pero no en caso de patología renal que requiere de dietas de control de potasio. Por otro lado, los albaricoques frescos maduros son ricos en taninos, sustancias con propiedades astringentes, antiinflamatorias y también de acción antioxidante. Algunas de las acciones de los taninos son secar y desinflamar la mucosa intestinal (recubre el interior del tracto digestivo), por lo que su consumo es muy adecuado en situaciones como estómago delicado y gastritis, entre otras.
Criterios de conservación:
Los albaricoques son unas frutas muy delicadas por lo que han de tratarse con gran cuidado y precaución. Un pequeño golpe con la uña o una presión fuerte con los dedos le perjudica, lo mancha y da lugar a su rápida podredumbre. Está en su punto de sazón cuando, al presionar el fruto suavemente entre dos dedos, se aprecia una consistencia blanda. Si están maduros se los debe guardar en la parte menos fría del frigorífico en una bolsa de plástico agujereada.
En la cocina:
Dado su exquisito dulzor y su perfumada fragancia, los albaricoques se consumen sobre todo como fruta fresca. Si son grandes y frescos se pueden disponer sobre una pasta hojaldrada y confeccionar una tarta o bien escalfarlos con azúcar y macerarlos en la misma proporción de brandy y almíbar. En muchos lugares se suelen dejar secar sin hueso y se obtienen los conocidos «orejones» de gran consumo en nuestro país en especial en Navidad.
Los que están verdes y algo duros se pueden cocer para utilizar de relleno de tartas y en espumas, o bien encurtirse con vinagre y clavo para preparar un condimento excelente como acompañamiento del jamón o de carnes frías.