El ORAC es un método que calcula la capacidad antioxidante de diferentes alimentos. Responde a las siglas en inglés de “Oxygen Radical Absorbance Capacity” y, bajo esta denominación, fue desarrollado por los investigadores del National Institute on Aging del National Institute of Health de EE.UU. En el año 2007, el Departamento de Agricultura estadounidense -United State Department of Agriculture (USDA)- emitió una lista sobre el valor ORAC de varios vegetales. Y aunque los expertos insisten en que no tiene aún suficiente evidencia científica, sí proporciona una orientación aproximada.
La lista sobre el valor antioxidante de determinados alimentos, publicada en 2007, carece de suficiente evidencia científica, por lo que todavía no se puede usar como referencia. Sin embargo, se utiliza como una orientación acreditada en la confección de dietas, suplementos dietéticos y productos nutracéuticos por su concentración antioxidante. Se cree que el impacto positivo de la ingesta de antioxidantes juega un papel importante en la prevención de enfermedades y en el retraso del envejecimiento.
De 159 a 277 alimentos antioxidantes
El desarrollo de muchas enfermedades crónicas y degenerativas, como el cáncer, la enfermedad coronaria, el Alzheimer y el Parkinson, entre otras, podría estar causado, en parte, por el estrés oxidativo. Las especies reactivas del oxígeno, los radicales libres, pueden dañar a las proteínas, las grasas y el material genético. A pesar de que el cuerpo humano ha desarrollado sistemas específicos para eliminar a estas sustancias peligrosas, estos no son eficaces al cien por cien.
La alimentación rica en hortalizas y frutas se considera como una gran ayuda en la lucha contra los radicales libres, ya que algunos de sus nutrientes y fitoquímicos se han revelado como potentes antioxidantes. El US Department of Agriculture ha publicado en los últimos años diferentes bases de datos de especial interés acerca de varios antioxidantes, como son la vitamina C, la vitamina E, el selenio y algunos carotenoides, flavonoides y antocianinas.
Una ensalada aderezada con hierbas aromáticas, como la melisa o la mejorana, aumenta hasta en un 200% su capacidad antioxidante
La inquietud científica por valorar la capacidad antioxidante, no de los componentes aislados sino del alimento en su integridad, dio lugar al primer ensayo ORAC (Oxygen Radical Absorbance Capacity), que analizó 59 frutas, verduras y frutos secos. En el año 2007 el US Department of Agriculture publicó una lista actualizada de valores ORAC de 277 alimentos consumidos por la población estadounidense, a la que, además de datos de frutas y verduras, se añadieron los de cereales, semillas e, incluso, especias y hierbas aromáticas. Entre estos últimos destacan como antioxidantes el jengibre, el orégano, la menta, la mejorana, además del coco seco y el chocolate más puro.
Los pros y los contras
El listado de la capacidad antioxidante de los alimentos supone un gran avance en el conocimiento de la naturaleza y las propiedades potenciales de lo que comemos. En la actualidad, este listado se utiliza como referencia para la difusión de las supuestas acciones sobre la salud humana de ciertos productos alimenticios y complementos dietéticos. Indicaciones como «antiaging», antirreumático y anticancerígeno se pueden encontrar en prospectos o documentos que publicitan un producto rico en antioxidantes.
Pese a la seriedad y acreditación de los organismos oficiales que han llevado a cabo el listado ORAC y lo han difundido, todavía no hay evidencia científica suficiente como para hacer extrapolaciones sobre la capacidad antioxidante de un alimento y sus efectos positivos sobre la salud. De momento, los ensayos ORAC sólo miden la actividad antioxidante frente a una sustancia dañina en particular y aún no se sabe qué ocurre con el resto de radicales libres que, de manera natural, pueden estar activos en un organismo vivo.
Además no se ha caracterizado la naturaleza de la reacción dañina y no hay evidencia de que otros radicales libres puedan estar involucrados en dicha reacción. Sobre todo, conviene tener en cuenta que, de forma oficial, no se ha establecido una relación entre los valores ORAC y los beneficios para la salud de los alimentos ricos en sustancias potencialmente protectoras. Los antioxidantes pueden ser liposolubles (solubles en grasa), como los carotenoides , o hidrosolubles (solubles en agua), como los polifenoles. El último listado ORAC ha avanzado respecto al anterior, no sólo en el número de alimentos analizados sino en el tipo de antioxidantes evaluado; el listado anterior no tenía en cuenta los antioxidantes liposolubles.
Dieta mediterránea y valores ORAC
Los vegetales son la fuente más importante de compuestos fenólicos de la dieta Mediterránea. En concreto, los flavonoides se han revelado como sustancias bioactivas especialmente beneficiosas. El Istituto di Chimica Biologica G. Fornaini de la Universitá di Urbino, en Italia, ha estudiado la capacidad antioxidante mediante el método ORAC de 27 alimentos consumidos tradicionalmente en las regiones mediterráneas. Esta original investigación ha comparado la capacidad antioxidante de diferentes ensaladas aliñadas con distintos aderezos.
Los resultados han sido muy curiosos: una ensalada aderezada con hierbas aromáticas, como la melisa o la mejorana, aumenta hasta en un 200% su capacidad antioxidante, que así aliñada contiene 4.000 unidades ORAC (equivalentes de micromoles de Trolox). Por otro lado, el aceite de oliva y el vinagre de vino o de manzana son los aderezos que proveen el mayor poder antioxidante a las ensaladas que acompañan.
Tampoco se pueden olvidar el comino y el jengibre, que entre las especias destacan por su sustancial contribución antioxidante. Trabajos como éste sirven para cuantificar los compuestos fenólicos que se ingieren con la alimentación habitual. La USDA recomienda una ingesta de entre 3.000 y 5.000 unidades ORAC diarias.
El método analítico para realizar el ORAC se basa en la medición de la fluorescencia de una molécula a la que se le somete a la acción de un generador de radicales libres. A medida que la molécula fluorescente es atacada y dañada por los radicales va perdiendo su fluorescencia. La labor de los antioxidantes es la de proteger la molécula, y cuanto más capacidad antioxidante tiene un compuesto o alimento más se preserva la capacidad de emitir luz de la molécula en cuestión. El grado de protección se mide con un medidor de fluorescencia y se cuantifica en “equivalentes de Trolox” (TE). El Trolox es un análogo de la vitamina E que se usa como medida estándar.