El consumo de altramuces ayuda a reducir la acumulación de grasas y contribuye a llevar una alimentación equilibrada, según un trabajo desarrollado por investigadores del Instituto de Ingeniería de Procesos y Empaquetado de Freising (Alemania). Los autores del trabajo alaban las propiedades nutricionales de estos frutos y recomiendan su ingesta en las dietas bajas en grasas.
Este equipo científico asegura que las semillas de altramuz sustituirán en el futuro a las materias primas animales en la elaboración de múltiples alimentos, tradicionalmente de origen animal, como los embutidos y las salchichas, lo que reducirá notablemente el consumo de grasas. «Si se tiene en cuenta que este tipo de alimentos son los que presentan niveles más altos de grasas, su sustitución por otros similares, pero de origen vegetal, supondrá un gran avance», explicó uno de estos investigadores, el doctor Peter Eisner. El investigador recordó que en países como Alemania cada persona consume 31 kilos de salchichas al año, con «alto riesgo» de sufrir enfermedades cardiovasculares.
El mismo grupo científico ha presentado recientemente un sustituto de la leche convencional, elaborado a partir de proteínas de altramuz y apta para la preparación de otros derivados, como quesos o helados. «No contiene lactosa, ni colesterol y tiene un sabor muy natural», aseguró Eisner. La clave está en la estructura microscópica de este fruto, que es muy similar a las partículas grasas de la carne, apuntó. «Este descubrimiento permite elaborar alimentos con un aspecto y un sabor muy similares a los originales, pero sin la nociva grasa animal», señaló.
En los países emergentes, como China o Brasil, el consumo de carne crece de forma alarmante, mientras que en todo el mundo se ha cuadruplicado desde 1961. Además, la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) ha alertado de que su producción y posterior ingesta se doblará hasta 2050, con los riesgos sobre la salud que conllevará.