Los principales bancos centrales del mundo han alertado de una amenaza creciente de repunte de la inflación en las economías emergentes y han apuntado al incremento de los precios de la alimentación como un «factor importante» de este riesgo. Las presiones inflacionarias son «más débiles en el mundo desarrollado», pese a que la economía global se ha comportado mejor de lo esperado, aseguró el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, en calidad de presidente de las conversaciones sobre la economía mundial en un encuentro organizado por el Banco Internacional de Pagos.
«Las amenazas inflacionarias están presentes como una característica general en el mundo emergente, algo que no se ve en las economías avanzadas», apuntó Trichet, quien incidió que «no es momento para la complacencia» y recalcó que el «sólido anclaje de la expectativas de inflación» es importante para todos. Definió como un «factor importante» de esta amenaza el aumento de los precios de los alimentos, lo que afecta al dato general, en especial en los países emergentes. «Las razones que están detrás del incremento de los precios de la alimentación son importantes», insistió. Trichet subrayó que todos los bancos centrales coincidieron de forma unánime en su creencia de que no se puede permitir que la inflación se descontrole. «Todos estamos unidos en este propósito», destacó.
Los precios de los alimentos alcanzaron en diciembre un nuevo récord, por encima incluso de los máximos históricos registrados durante la crisis alimentaria sufrida por varios países en el verano de 2008, según los datos proporcionados la pasada semana por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El indicador de precios de los alimentos de la FAO, que analiza la evolución de 55 materias primas alimentarias, alcanzó así en diciembre los 214,7 puntos, frente a los 206 enteros del mes anterior y por encima del anterior récord de 213,5 puntos registrado en junio de 2008.