Naranjas, mandarinas, pomelos y limones son las frutas cítricas más reconocidas y consumidas. La temporada invernal es la más indicada para usar naranjas y mandarinas en distintas recetas: como aromatizantes de salsas, en vinagretas, como condimento y decoración de ensaladas o bien para dar aroma y sabor a aceites o preparados de repostería. La combinación de su delicioso dulzor natural con el equilibrado contrapunto ácido cuando están en plena sazón, es decir, en plena temporada, unido a las interesantes virtudes nutricionales y funcionales (vitamina C, folatos, fibra, bioflavonoides, potasio, magnesio, calcio) obliga a tomar al menos un cítrico al día como contribución a una buena salud.
Los cítricos son frutas distinguidas por sus propiedades nutricionales
Bioflavonoides, fibras, pectinas, vitamina C o folatos son compuestos naturales de los cítricos que despiertan el interés de estudiarse por separado para conocer sus efectos potenciales en la prevención y terapia de ciertas patologías. Son frutas distinguidas por sus propiedades nutricionales, en particular, por su riqueza en vitaminas como la C y el ácido fólico, en fibra y en minerales como el potasio, el calcio y el magnesio. En investigación sanitaria y científica, llama la atención la variedad y cantidad de compuestos fitoquímicos como los bioflavonoides, que suman su acción antioxidante a la del ácido ascórbico (vitamina C).
Investigación puntera en cítricos
Una línea de investigación reciente se centra en evaluar el papel de la pectina de cítricos modificada (MCP), también conocida como pectina fraccionada, un polisacárido complejo obtenido de la cáscara y la pulpa de los cítricos. La pectina cítrica modificada es rica en residuos galactósidos. Estos residuos son compuestos que, en cultivos celulares «in vitro» (en laboratorio) y con animales de experimentación, han tenido una respuesta positiva en el control de determinados tipos de cáncer. Estos residuos son capaces de inhibir o bloquear la agregación de las células cancerosas, controlar la metástasis o diseminar el cáncer a órganos distantes.
Aunque las perspectivas son esperanzadoras, quedan muchas fases de estudio por desarrollar, si fuera el caso, hasta alcanzar la evidencia científica sólida del papel de la pectina de cítricos modificada como parte de una nutrición terapéutica.
Particularidades de los cítricos que deben tenerse en cuenta
Además de los incontables beneficios nutricionales y saludables demostrados de los cítricos, estas frutas contienen ciertos compuestos que pueden desaconsejar su consumo en determinadas circunstancias.
Cítricos en ayunas y molestias digestivas. La vesícula biliar es el reservorio de la bilis, un líquido segregado por el hígado y necesario para la digestión, en particular, de las grasas. La bilis se ha de vaciar de la vesícula al intestino cuando llegan a esta parte del aparato digestivo las sustancias grasas de los alimentos. En diferentes circunstancias, como la presencia de cálculos biliares en la vesícula, la inflamación del órgano o la formación de bilis espesa, la vesícula puede no vaciarse en el momento preciso o con la intensidad debida. A estos trastornos se les denomina coledisquinesias («vesícula perezosa»), pueden ser más o menos intensos y se manifiestan como pesadez abdominal, dolor en el costado derecho y dolor de cabeza.
Ciertos alimentos tienen cualidad colagoga, es decir, estimulan el vaciamiento más o menos intenso de la vesícula biliar, lo cual activa la digestión. Sin embargo, en personas con el aparato digestivo sensible, la ingesta de estos alimentos puede acompañarse de una molesta acción purgante intestinal. La naranja, y en particular su zumo, son dos alimentos que, si se toman en ayunas, pueden provocar malestar leve (náuseas, pesadez abdominal). Aunque estas molestias no revisten gravedad, explican el temor de quienes lo han experimentado a tomar el zumo de naranja en ayunas. No obstante, en caso de padecer colelitiasis, tomar cítricos con el estómago vacío puede desencadenar un cólico, por lo que en estos casos estarían desaconsejados.
Zumos de cítricos y salud dental. Tomar zumo de cítricos entre horas o aislados, sin consumir a la vez otros alimentos no ácidos, puede favorecer el desarrollo de caries. La combinación de azúcares y de sustancias ácidas de los zumos de frutas cítricas favorece una mayor erosión de la dentina, con el consiguiente mayor riesgo de caries. Por tanto, si se tiene costumbre de beber zumos, una buena práctica consiste en cepillarse los dientes para limpiar la boca, de modo que las bacterias bucales no encuentren sustrato para actuar. Se estima que la posibilidad de tener problemas de caries se triplica cuando se toman zumos, en comparación con la ingesta de otros alimentos que no son de naturaleza ácida ni azucarada.
Zumo de pomelo e interacción con medicamentos. La ingesta de ciertos zumos de fruta interfiere en la acción de determinados fármacos y, en consecuencia, en el proceso terapéutico. En el caso de los zumos de pomelo, está estudiado que reducen la eficacia si se toman de forma conjunta con los siguientes medicamentos: fexofenadina (antihistamínico), etoposida (anticancerígeno), atenolol, celiprolol y talinolol (betabloqueantes utilizados en la prevención de infartos y tratamiento de la hipertensión arterial), ciclosporina (utilizada en la prevención del rechazo tras el trasplante de órganos) y algunos antibióticos. También está demostrado que el zumo de pomelo aumenta la acción de antidepresivos y estatinas más allá de los efectos deseados, por lo que debería evitarse su ingesta conjunta si se siguen estos tratamientos.