Varios documentos de la Comisión Europea (CE) difundidos ayer por la asociación Amigos de la Tierra «revelan el acoso de EE.UU.» a la UE para acelerar la aprobación y la venta de productos con organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos, según denuncia el citado grupo ecologista.
Además de un resumen de una reunión entre los representantes europeos y estadounidenses sobre OGM, entre los documentos figuran copias de correos electrónicos entre ambas partes o de cartas con el membrete de la CE y de EE.UU. En uno de ellos, el Ejecutivo comunitario resume una reunión celebrada con EE.UU. a finales de febrero para identificar los intereses relacionados con la disputa entre Bruselas y Washington a causa de la política comunitaria respecto a los transgénicos. Así, se asegura que EE.UU. enumeró como principales preocupaciones la normalización en el comercio de productos de la biotecnología, la «falta de transparencia» en el sistema de autorización de la UE, así como los retrasos en los informes de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA).
La «falta de voluntad política» para autorizar nuevos OGM en la UE resulta problemática para EE.UU., ya que cuando los países votan el expediente de un transgénico hay oposición y nunca se consigue la mayoría suficiente. Este documento prueba, según Amigos de la Tierra, las frustraciones de Estados Unidos porque en la Unión Europea no se ha normalizado el comercio de productos de biotecnología y por esa falta de voluntad entre los países.
Los principales productos que comercializa EE.UU. son el maíz, ya que exporta a la UE derivados con variedades de este cereal genéticamente modificadas, el algodón, la remolacha y las semillas de maíz. Entre los intereses para EE.UU. no solamente está la comercialización de nuevos OGM, sino también que se flexibilicen los índices máximos de transgénicos no autorizados que la UE permite, según el documento de la CE. El texto de la Comisión Europea difundido por Amigos de la Tierra, que oculta algunas frases, indica que con EE.UU. se ha hablado sobre el hecho de que desde 2006 no haya habido aprobaciones de nuevos transgénicos.
Los conservacionistas critican que Estados Unidos «siga presionando duramente» a la UE para que impulse una política más favorable a los OGM, en cuestiones como la agilización de los procesos de autorización o el fin de las prohibiciones de algunos Estados miembros, según un comunicado. La asociación denunció que EE.UU. «y sus amigos en la industria de la biotecnología sigan todavía intentando forzar a los ciudadanos europeos a alimentarse con transgénicos».