Los niños y jóvenes españoles presentan un consumo excesivo de calorías, grasas y sodio en detrimento de minerales y vitaminas. Ésta es la conclusión del estudio «Nutrición infantil y juvenil», financiado por la empresa Kellogg’s, y que también revela que los niños del norte peninsular son los que menos frutas y verduras toman.
Los responsables del estudio indican que durante el periodo de crecimiento, a pesar de que los requerimientos nutricionales son más elevados, las ingestas de vitaminas y minerales tienden a reducirse a causa de varios factores: aumento del consumo de las llamadas calorías vacías, tendencia a saltarse alguna comida, alto seguimiento de dietas para perder peso, y reducción del consumo de verduras y frutas.
Asimismo, recuerdan que tanto los excesos como las deficiencias o los desequilibrios condicionan el futuro sanitario y funcional del individuo, y agregan que la malnutrición moderada también puede provocar un retraso del crecimiento y desarrollo que dificulta la óptima funcionalidad de las potencialidades del niño.
Respecto a esto último, el estudio apunta que los niños y adolescentes que practican 30 minutos de deporte al día reducen un 30% el riesgo nutricional. Igualmente, señala que tomar más de cuatro comidas al día reduce un 40% la probabilidad de malnutrición.
Los autores destacan que la dieta debe contener una gran variedad de alimentos para satisfacer todos los requerimientos nutricionales. Así, recomiendan el consumo diario de alimentos proteicos, como el pescado, las carnes magras y los huevos.
También aconsejan tomar tres o cuatro raciones diarias de leche y productos lácteos a partir de los 8-10 años, incorporando cuanto antes el consumo de leche semidesnatada; legumbres dos o tres veces por semana; y tres o más raciones de fruta al día. El pan y los cereales también son necesario para una buena nutrición.