La crisis en el consumo de cava que planea sobre el sector, ha llevado a los productores a tomar una serie de medidas para que esta crisis no se haga efectiva. Para conseguir este objetivo, el consejo regulador de la Denominación de Origen (D.O.) Cava, se ha propuesto ampliar las ventas en los mercados extranjeros, aumentar la penetración del producto, que se concentra en un 50 % en Barcelona y el noreste de España, así como desestacionalizar el consumo, que está prácticamente dirigido a los meses navideños.
Eduardo Aizpún, presidente en funciones del consejo regulador, apuesta por llevar a cabo una atomización de la producción, puesto que un 81% de los 196 millones de botellas producidas en la última campaña las elaboraron cinco empresas, todas ellas pertenecientes a las dos grandes del sector. El resto, un 17% está en manos de 65 empresas y el 2% final reparte entre 192 firmas, de las que 158 no producen más de 50.000 botellas al año.
Otro de los objetivos del consejo regulador es recuperar ventas en los grandes países consumidores, como por ejemplo Alemania. Este país, que es el principal importador de cava, compró al sector casi 52 millones de botellas en el 2000, un 22,55% menos que en 1999. En este sentido, la presidenta del Institut del Cava, la patronal del sector, Maria Rosa Giró, señala que este descenso en las ventas, no solo afectó al cava sino también al champán y a otros espumosos.
Por su parte, Joan Juvé, presidente de la Confraria del Cava Sant Sadurní, afirma que es necesario ampliar el prestigio del cava apostando por la calidad y «dignificando» su precio, lo que dará más imagen y nivel. Una de las decisiones más polémicas a las que debe hacer frente el consejo regulador, es si permite o no el uso de la variedad francesa de uva pinot noir para elaborar cava blanco. La empresa Codorniú es partidaria de su utilización, mientras que Freixenet está en contra, porque defienden que el cava debe fidelidad a las tres variedades tradicionales de uva que han marcado su elaboración: macabeo, parellada y xarel·lo.
El presidente del consejo se muestra partidario de incluir la uva francesa, ante las amenazas de Codorniu de abandonar la Denominación de Origen (D.O). Igualmente, Maria Rosa Giró está a favor de su inclusión, pero sin olvidar que su base son las variedades de uva tradicionales. Otro problema al que deberá hacer frente el consejo, es a la petición de Sant Sadurní d’Anoia, de tener su zona especifica de D.O, que ahora abarca 160 municipios ubicados en siete comunidades autónomas.
Por último, cabe señalar que en todo el sector existe un consenso para extender el consumo de cava a otros momentos distintos a los habituales, así como buscar nuevos consumidores de entre 28 y 38 años.