El pescado fresco desaparecerá de los restaurantes españoles. El Consejo de Ministros aprobó ayer, a propuesta de la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, un real decreto por el que se obliga a todos los establecimientos de restauración, comedores de colegios, hospitales y similares incluidos, a congelar a menos de 20 grados centígrados y durante un mínimo de 24 horas aquel pescado que vaya a ser consumido crudo o poco hecho.
El culpable de esta medida es el anisakis, un gusano de unos tres centímetros de longitud y menos de un milímetro de diámetro, de color blanquecino casi transparente, cuyas larvas pasan al ser humano al ingerir pescado crudo, poco cocinado, marinado, ahumado, en vinagre o en salazón. Provoca fuertes reacciones alérgicas, en ocasiones muy graves.
El Gobierno va a establecer un Plan Nacional de Control de la anisakiasis al considerar que el problema es «especialmente importante en España, porque está entre los mayores consumidores de pescado del mundo». Según los últimos estudios de Sanidad, entre el 36% y el 50% del pescado que se comercializa en nuestro país «está infestado por este parásito».
Las condiciones señaladas lograrán «acabar con el pescado de calidad», aseguran algunos cocineros españoles, que se mostraron ayer críticos con la decisión tomada por el Gobierno. Desde el restaurante Akelarre de San Sebastián aseguran que «todo el pescado que servimos es fresco y no está congelado, pero en la carta no hay ningún plato que incluya pescado crudo».