Imagen: John EvansNo todas las naranjas son ácidas. A través del sabor, de hecho, se clasifican en dos grandes grupos: amargas o dulces. A este último grupo pertenecen las naranjas sanguinas, que gracias a su sabor azucarado resultan muy adecuadas como naranjas de mesa. Las naranjas amargas, en cambio, tienen un sabor tan ácido que las deja reservadas a la elaboración de mermeladas y aceites esenciales.
Las naranjas sanguinas mantienen y superan los beneficios de la naranja tradicional, ya que aportan más beta-carotenos y contienen antocianinas, unas sustancias que les confieren ese color rojizo tan característico. Para aprovechar al máximo sus virtudes nutricionales y disfrutar de su sabor se recomienda tomarlas frescas, tanto solas como combinadas con otras frutas en macedonia. También los zumos de naranja que se elaboran con esta variedad son exquisitos, ya que su sabor recuerda ligeramente al de las cerezas o las frambuesas.
Del color de una frambuesa
Además del sabor, el color tan característico de esta fruta también la diferencia de la naranja de mesa más común. De hecho, las naranjas sanguinas o rojas se llaman así por el color rojizo de su piel, un color más propio de la frambuesa. Esto se debe a que las propias naranjas producen unos pigmentos rojos llamados antocianinas, que son los que les dan esa coloración tan curiosa, no solo a la piel, sino también a la pulpa y al jugo extraído.
Las naranjas van adquiriendo esa tonalidad rojiza durante el otoño y el invierno, pero la mejor época para comprarlas es el inicio de la primavera.
Un concentrado de antioxidantes
Ninguna otra variedad alcanza la cantidad que contiene la naranja sanguina del antioxidante beta-carotenoLa naranja sanguina, al igual que otras frutas, aporta pocas calorías por su elevado contenido en agua y su moderado aporte de azúcares. Destaca su contenido en antioxidantes como la vitamina C, el beta-caroteno y las antocianinas.
Una naranja de tamaño medio aporta diez veces más vitamina C que una pera de tamaño grande. Debido a que las naranjas concentran mucha cantidad de este antioxidante, una sola pieza al día es suficiente para obtener toda la cantidad diaria que nuestro organismo necesita del mismo, sea la variedad que sea.
El beta-caroteno es un pigmento vegetal con capacidad antioxidante que se transforma en vitamina A conforme el organismo lo va necesitando. La cantidad de beta-caroteno o pro-vitamina A de la variedad sanguina no la alcanza ninguna otra variedad de naranjas. Además, su aporte de antocianinas refuerza aún más su potencial antioxidante.
La cantidad de fibra que presenta esta fruta también es elevada. La mayor parte se trata de fibra soluble, y se concentra en la parte blanca que hay entre la pulpa y la corteza.
Las naranjas sanguinas son exclusivas de la zona del mediterráneo. En España su consumo es bajo. Sin embargo, en Italia, este tipo de naranjas son de consumo habitual, sobretodo en zumos. Existen diferentes variedades de naranjas rojizas de sabor dulce, entre las cuales destacan:
- Doble Fina. Con esta variedad se obtiene poca cantidad de zumo, aunque con un sabor es muy intenso.
- Maltaise. Se trata de una variedad de muy buena calidad que apenas tiene semillas. Tiene un sabor dulce exquisito con un ligero toque ácido. Con ellas se obtiene mucha cantidad de zumo.
- Moro. El color de su pulpa es muy variable y va desde el amarillo hasta el color burdeos.
- Sanguinelli. La pulpa de esta variedad presenta unas vetas rojas. Con ella se obtiene mucha cantidad de jugo de un intenso color rojo y de sabor muy dulce.
- Sanguinello. Los frutos de esta variedad no tienen tanto color como el resto. En cambio, lo que más destaca es el olor tan agradable que se desprende al pelarlas.
Existe una variedad que no llega a ser sanguina pero que es muy parecida. Es el caso de la Washington. Su cáscara no suele tener la coloración rojiza, mientras que la pulpa sí que la tiene.