La salsa mayonesa tradicional es el resultado de una emulsión de un elemento proteico, como el huevo, y uno graso, como el aceite. La unión de estos dos elementos, más una pizca de sal, unas gotas de vinagre y la incorporación de aire en el batido para que la emulsión sea estable, nos permite obtener esta rica salsa. Pero uno de los problemas es su alto contenido en aceite, ya sea de oliva o de girasol, lo que hace que no sea el alimento más idóneo para un consumo habitual. No obstante, con unos sencillos trucos se puede aligerar esta salsa.
Una de las formas de aligerar la salsa mayonesa es sustituir el huevo por leche, ya que con esta y aceite de oliva se obtiene una salsa sin la grasa del huevo. Otra manera de cocinarla consiste en sustituir parte del aceite por leche, caldo de verduras o de pollo, que se añade al huevo batido. Si se agrega leche o caldo y un poco de aceite también se obtendrá una salsa más ligera, puesto que parte del aceite se sustituye por leche.
Mayonesa con verdura, fruta u hongos
Se puede elaborar salsa mayonesa con hongos salteados y triturados o marisco
En lugar de leche, se puede utilizar una crema de verduras, como la de salsa rosa y la salsa tártara.