En la época de verano nos encontramos a los melocotones y las nectarinas en su mejor época de maduración y de sabor con un precio asequible.
Estas frutas, que en su temporada se comen por lo general, frescas, de postre o entre horas, ofrecen muchas posibilidades culinarias durante el resto del año. En compota, melocotones secos -llamados orejones-, en zumo, en almíbar, como mermelada o confitura, dando sabor a licores… Pero una de las elaboraciones más sabrosas tanto de melocotones como de nectarinas, aparte de consumir estas frutas crudas, es asadas.
Asar las piezas
Para asar la fruta escogeremos las piezas más grandes y maduras. Lavamos las frutas con agua y se pelan o no según nos guste su textura, pero siempre conservando el hueso central para que no se deshaga demasiado. A continuación, se colocan en la placa del horno con un poco de agua y azúcar, y se asan hasta que estén blandos, añadiendo un poco de agua a la placa durante la cocción.
Una vez cocidas las frutas, se retiran de la placa y con los jugos que quedan en la placa, se hace un desglase.
El desglase consiste en añadir algo de agua y azúcar y un poco de licor de hierbas o de zumo de naranja y limón. Se deja hervir el líquido hasta conseguir una especie de almíbar.
Se suele adornar con una juliana de cáscara de naranja confitada por encima, y los melocotones y las nectarinas asadas se pueden servir templadas o frías.