La alimentación de los niños de entre 3 y 11 años de edad no solo debe permitir su crecimiento y desarrollo óptimo, también debe fomentar conductas saludables que en el futuro disminuirán el riesgo de padecer algunas enfermedades como la obesidad. ¿Cómo llevar esto a la práctica? Una forma sencilla de organizar la alimentación diaria y poder generar menús semanales o mensuales es distribuir las recomendaciones orientativas de frecuencia de grupos de alimentos en las cinco comidas diarias aconsejadas, y adaptar cada grupo de alimentos por una propuesta concreta. Te lo contamos aquí.
Frecuencia de consumo de alimentos
Estas son las frecuencias (orientativas) con las que los pequeños deberían consumir los siguientes alimentos:
- Hortalizas: como mínimo en la comida y en la cena.
- Cereales integrales y derivados: en algunas comidas del día.
- Fruta: como mínimo, 3 veces al día.
- Lácteos: 1-3 veces al día.
- Proteicos: no más de 2 veces al día, y alternando.
- Legumbres: 3-4 veces a la semana.
- Huevos: 3-4 veces a la semana.
- Pescado: 2-3 veces a la semana.
- Carnes: 3-4 veces a la semana.
- Agua: en función de la sed.
- Aceite de oliva: para aderezar y cocinar.
- Alimentos insanos (bollería, refrescos, bebidas energéticas, comida rápida…): cuantos menos, mejor.
Cómo distribuir los alimentos a lo largo del día
Imagen: Getty Images
Así podemos distribuir los alimentos recomendados en las distintas ingestas del día:
Desayuno
- Cereales integrales y derivados
- Lácteo
- Fruta
- Agua
Media mañana y merienda
- Cereales integrales y derivados
- Lácteo
- Fruta y frutos secos (triturados para menores de 5 años)
- Agua
Comida y cena
- Hortalizas
- Cereales integrales y derivados
- Proteico
- Fruta
- Agua
¿Los niños necesitan tomar suplementos alimenticios?
Por lo general y de manera rutinaria, no. A pesar de que es frecuente el uso de suplementos nutricionales (en algunos países una tercera parte de los niños y niñas toman algún suplemento nutricional, especialmente multivitamínicos), las pruebas apuntan solo a la suplementación puntual en algunos nutrientes (como el hierro, por ejemplo), únicamente cuando se detecten y diagnostiquen por un especialista estados carenciales.