La temperatura de conservación de los alimentos refrigerados y congelados en las tiendas no es siempre la correcta. Lo dice la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras medir la temperatura en la que se conservan 348 productos en 70 establecimientos de siete ciudades (Barcelona, Bilbao, La Coruña, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza).
El 56% de los alimentos refrigerados y el 48% de los congelados revisados se encontraban por encima de la temperatura que establece la normativa. «La incorrecta conservación de los alimentos a una mayor temperatura puede provocar y favorecer el desarrollo de bacterias, que pueden dar lugar a la disminución de la duración y la calidad del producto e incluso provocar intoxicaciones alimentarias, sobre todo en las fechas calurosas que se acercan», señala OCU.
La normativa general obliga a conservar entre cero y ocho grados los alimentos refrigerados y a menos 18 grados los congelados. Pero, además, en función del tipo de producto existen normativas específicas usadas por los fabricantes para determinar las fechas de caducidad. «La mezcla en los expositores de productos favorece que no se cumplan las condiciones de conservación adecuadas», indica OCU.
Por ciudades, los establecimientos de Zaragoza y Barcelona analizados por la organización destacan por mantener sus productos a una temperatura adecuada. No así los de La Coruña y Valencia. Según OCU, estas diferencias sólo se explican por la realización de inspecciones por parte de las autoridades sanitarias, que «son determinantes» para atajar este tipo de prácticas y mejorar la calidad de los productos a la venta.