Imagen: MoniqueHay poca costumbre de comer hinojo, salvo en regiones concretas como la costa del Mediterráneo. Este bulbo, que siempre ha crecido espontáneamente en las laderas de caminos y carreteras, se reconoce fácilmente porque, cuando florece, sus frutos (las semillas) desprenden un olor anisado característico. Por esta particularidad, la mayoría de los cultivos de hinojo se destinan a producir esencia, que obviamente se concentra principalmente en los frutos.
Digestivo y rico en anetol
De la planta de hinojo fresca se come el bulbo, de color blanquecino o verde muy claro. Si está crujiente, también se aprovecha el tallo. Se trata de una hortaliza parecida a una cebolla, aunque su sabor es bastante más dulzón. De la planta seca, se aprovechan las semillas, ricas en aceites esenciales. Son muy empleadas como condimento de estofados, principalmente de legumbres, a las que suaviza el sabor y hace menos indigestas.
Tanto en medicina como en fitoterapia, las cualidades eupépticas (que facilitan la digestión) de esta planta son muy reconocidas. Por su efecto carminativo, facilita la expulsión de los gases al relajar el músculo liso de los esfínteres. Así combate la hinchazón abdominal y los molestos dolores que la acompañan. Su facultad para favorecer la digestión se debe a que aumenta la producción de jugos gastrointestinales. Estas propiedades se atribuyen a su alto contenido en anetol, uno de sus principios activos. Aunque este aceite esencial está repartido por toda la planta, se concentra en mayores cantidades en las semillas.
La sabiduría popular ha sabido aprovechar las cualidades del hinojo. Son numerosas las recetas de antaño en las que las semillas secas de esta planta forman parte esencial de estofados grasos o platos de legumbres para aromatizarlos y hacerlos más digestivos.
El aceite y la esencia de hinojo tienen, además de anetol, otros principios activos eficaces como digestivos como la fenchona. La combinación de ambos compuestos químicos forma parte de la composición de fármacos indicados en caso de cólicos, espasmos y dispepsias.
La combinación de anetol y fenchona del hinojo forma parte de la composición de fármacos para cólicos, espasmos y dispepsias
Hinojo y dermatitis
El hinojo pertenece a la familia de las ‘Umabelíferas’, denominadas también Apiáceas, a la que también pertenece el apio. Su principal característica es la concentración en sustancias aromáticas, sobre todo en las semillas.
Otra particularidad de esta familia es su contenido en furanocumarinas, sustancias productoras de fotodermatitis en personas sensibles. Este trastorno se caracteriza por la aparición de ampollas y enrojecimiento de la piel. Como su nombre indica, este problema se intensifica con la exposición a la luz. Algunas especies de hinojo producen este efecto, si bien es mucho más marcado en el apio y en el perejil. Las furanocumarinas desempeñan un rol esencial en la planta por su acción defensiva, ya que resultan tóxicas para herbívoros, insectos y hongos.
Imagen: ZoyachubbyEn la cocina, el hinojo funciona principalmente como condimento y especia. En cocina andaluza, por ejemplo, se añade hinojo como aromatizante a encurtidos como pepinillos, salsas variadas y aliños para ensaladas. A estas últimas también se les suele añadir el tallo fresco troceado, recién recolectado, en los primeros meses de otoño.
Tanto el tallo cortado como el bulbo o las semillas del hinojo se emplean para aderezar sopas, verduras, carnes y sobre todo pescados, a los que acompañan muy bien y dan un toque anisado. Cualquier pescado (lubina, merluza, trucha o verdel) marinado con hinojo durante varias horas y asado al horno resulta excelente.
A continuación se presentan algunas recetas con esta hortaliza: