La dieta influye en la salud
La obesidad infantil tiene múltiples causas y una de las más importantes es el tipo de alimentación. Diversos estudios corroboran la influencia de los productos malsanos en la salud de las personas. Esta evidencia no es nueva ni para los especialistas en la materia ni para las administraciones públicas.
Un ejemplo de ello es la ‘Declaración de Viena sobre Nutrición y Enfermedades No Transmisibles en el Contexto de la Salud’. Este documento, firmado en 2013 y ratificado en 2020, reconoce la alta carga de morbilidad causada por dietas poco saludables en muchos países de la Unión Europea (UE) y expresa la especial preocupación por el aumento del sobrepeso y la obesidad entre los niños.
No solo eso. La declaración, que fue adoptada por los ministros de Salud de los Estados miembros de la OMS en nuestra región, también incluye el compromiso de tomar «medidas decisivas para reducir la presión de la comercialización de alimentos sobre los niños» cuando se trata de productos «ricos en energía, grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcares libres o sal». El documento cumplirá en julio 10 años.
Los perfiles nutricionales de la OMS
Para adoptar políticas comunes es necesario usar herramientas comunes. Y este es el germen de los perfiles nutricionales: un sistema que la OMS define como «la ciencia de clasificar los alimentos según su composición nutricional por razones relacionadas con la prevención de enfermedades y la promoción de la salud».
🗓️ El modelo de 2015
El primer modelo de perfiles nutricionales se desarrolló y publicó en 2015. Este modelo define 17 categorías de productos y, en líneas generales, establece cuáles de ellas pueden anunciarse siempre, cuáles nunca y cuáles exigen una revisión más exhaustiva de los nutrientes antes de tomar una decisión. Por ejemplo:
- ✅ La promoción de las frutas y verduras (tanto frescas como congeladas) siempre está autorizada.
- ❌ La promoción de bebidas energéticas, chocolates o productos de pastelería no se permite entre los menores.
- 🔎 El anuncio de algunos lácteos depende de las características nutricionales del producto. Los yogures, por ejemplo, deben tener menos del 25 % de grasa, 2 % de grasas saturadas, 0,2 % de sal y 10 % de azúcares totales para poder anunciarse.
Este modelo se puso en práctica en cuatro países de nuestro entorno (Austria, Portugal, Eslovenia y Turquía), que lo adaptaron a sus restricciones nacionales sobre la comercialización de alimentos para niños. Y este modelo es también el que utilizó como referencia el Ministerio de Consumo en 2021 cuando anunció la prohibición de la publicidad de alimentos insanos dirigida al público infantil, una norma que debía haber entrado en vigor en 2022 pero que no se ha aprobado todavía.
➡️ La revisión del modelo
Esta ciencia de los perfiles nutricionales, explica la OMS, se ha desarrollado desde 2015. La adaptación de esta herramienta a la realidad concreta de los países (tanto dentro como fuera de la UE) ha permitido ver sus limitaciones y fortalezas, y «aprender lecciones para mejorar el modelo».
Tras una revisión sistemática publicada en 2018 y una reunión técnica en 2021, la Oficina Regional de la OMS para Europa acordó actualizar el modelo de 2015.
🗓️ El modelo de 2023
El segundo modelo de perfiles nutricionales se ha publicado en marzo de 2023.
- Su alcance es igual al anterior: cubre todos los alimentos y las bebidas no alcohólicas que se venden para los niños mayores de 3 años.
- Analiza los mismos nutrientes: energía, grasas totales, grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcares totales, azúcares agregados, edulcorantes sin azúcar y sodio o sal.
- Añade un par de categorías: «alimentos salados de origen vegetal/similares de carne» y «bebidas lácteas de origen vegetal», porque el mercado para este tipo de productos es cada vez mayor.
En términos generales, se parece mucho al anterior, pero tiene una diferencia sustancial: en lugar de prohibir o permitir la publicidad de categorías enteras (como zumos, bollería o helados), establece umbrales de nutrientes para todas ellas. Es decir, con este nuevo modelo, la posibilidad de promover los productos estará sujeta a su composición nutricional, y no a la categoría a la que pertenezcan.
La única excepción es la categoría «frutas y verduras frescas y congeladas», cuya promoción siempre se permite (como antes). Para el resto de productos, la premisa es que ninguno debe permitirse o prohibirse solo por pertenecer a una categoría sin tener antes en cuenta su composición nutricional.
Más de 108.000 productos a examen
El modelo de 2023 propone 22 categorías de productos (17 alimentos y 5 bebidas) y unos umbrales de nutrientes para todas (excepto la de frutas y verduras). Así, por ejemplo, los helados, que con el modelo anterior no se podían anunciar en ningún caso, ahora sí podrían anunciarse siempre que no tengan azúcar, edulcorantes ni más de 3 g de grasa por cada 100 g de producto.
Las 22 categorías propuestas en el documento de la OMS abarcan miles de alimentos y bebidas. La recopilación de datos se realizó entre marzo y junio de 2022. En total, se clasificaron y analizaron 108.578 productos siguiendo los dos modelos, para poder comparar.
Los resultados muestran una clasificación bastante similar en ambos modelos (por ejemplo, ningún zumo de los 2.865 registrados ni ningún pastel o galleta dulce de las 10.810 analizadas cumple los requisitos para poder anunciarse), aunque en algunas categorías sí hay cambios.
Con el nuevo modelo, la cantidad de cereales de desayuno que se podrían anunciar baja del 21 % al 18 %, mientras que la categoría de los alimentos precocinados y preparados aumenta la permisividad. En este caso, el 66 % de los 13.309 productos podría anunciarse (con el modelo anterior, pasaba la criba el 53 %).
En total, el nuevo modelo de perfiles nutricionales solo autoriza la promoción del 27 % de los 108.578 productos disponibles para los niños y niñas. Con el modelo de 2015, el porcentaje de productos que se podían anunciar al público infantil se situaba en un 24 %. Dicho de otra manera, la Organización Mundial de la Salud estima que apenas la cuarta parte de los alimentos y bebidas que se comercializan en nuestro entorno deberían formar parte de los anuncios y la dieta cotidiana de nuestros hijos.