Aunque algunos consumidores consideran que este producto es saludable por ser fuente de proteínas y tener pocas grasas, su gran cantidad de sal y sus compuestos de baja calidad nutricional dicen lo contrario. Lo analizamos a continuación.
“Sabor a” no es lo mismo que “elaborado con”
En el envase puede leerse “Excelente sabor a cangrejo. Aromas”. Esto indica que el sabor se consigue mediante el uso de aromas, no que lleve este ingrediente. Al contrario de lo que ocurre con los aditivos, que deben estar detallados por su nombre o su número E, los compuestos que se empleen como aromas se identifican en la lista de ingredientes bajo el término común “aromas”, y no tienen que indicar específicamente de qué compuestos se trata.
Tras la mención “aromas” se detalla que contiene crustáceos y soja. Quiere decir que los crustáceos y la soja forman parte de los materiales para la obtención de los aromas que, entre otros matices, dan el sabor a cangrejo. No obstante, la presencia de crustáceos en el material para elaborar los aromas es mínima y no mejora la calidad global del producto. Estos dos compuestos son alérgenos, por lo que siempre tienen que declararse en el etiquetado (como así lo hace).
Denominación legal del producto
La denominación del alimento a efectos legales es “producto de la pesca transformado ultracongelado sabor cangrejo”. La transformación se refiere a cualquier acción que altere sustancialmente el producto inicial, incluido el tratamiento térmico, el ahumado, el curado, la maduración, el secado, el marinado, la extracción, la extrusión (aplicar presión para cambiar la textura) o una combinación de esos procedimientos. Se emplea la ultracongelación, es decir, un proceso de congelación rápida, para alcanzar una temperatura en todo el producto igual o inferior a -18 ºC, lo que garantiza la detención del crecimiento de microorganismos.
Dos fechas de conservación
En el envase se dan dos plazos distintos. La fecha “de consumo preferente”, que es el tiempo que el alimento mantiene sus propiedades sensoriales (sabor, textura, aroma, color) mientras esté congelado, está reflejada en el frontal del envase.
La fecha de “caducidad secundaria” indica el tiempo que el producto conserva su calidad higiénica y sensorial en el frigorífico una vez que esté descongelado (un día). Pasado ese plazo, el consumo no es seguro.
¿Cuáles son sus ingredientes?
? Agua. Es el componente principal del producto.
? Surimi. Supone un 25 % del peso total. Este ingrediente se obtiene a partir de pescado lavado y triturado, cocinado brevemente a baja temperatura. Se puede usar una o más especies de bajo coste (no es obligatorio indicar cuáles) o restos del fileteado. Está compuesto mayoritariamente por pescado blanco (un 91,5 %), lo que significa que, de cada 100 g de producto, solo 23 g son pescado. El 8,5 % restante del surimi lo forman el sorbitol y el azúcar, que no se usan por sus propiedades edulcorantes sino como crioprotectores: mantienen la estabilidad de las proteínas del pescado durante la congelación.
? Los otros añadidos. Este producto también incluye almidones y aceite de girasol, ingredientes sin interés nutricional. La clara de huevo en polvo y la proteína de soja se añaden en muy pequeñas cantidades para mejorar la resistencia de la estructura del surimi y evitar que se desmenuce, pero no mejoran el valor nutricional del producto. En cuanto a los aditivos, se emplean en el producto con dos funciones (potenciadores del sabor y colorantes), con la única finalidad de mejorar la aceptación del producto dándole propiedades apreciadas por el consumidor. El azúcar y la sal, por su parte, sí son ingredientes para tener en cuenta, porque se recomienda limitarlos en nuestra alimentación. A continuación explicamos por qué.
Los nutrientes de los ‘tronquitos’
? Hidratos de carbono. Contiene 19 g por cada 100 g de producto y, puesto que el pescado no cuenta con este nutriente, proceden en su totalidad de los azúcares y almidones, es decir, hidratos de carbono de baja calidad. Estos compuestos suponen un 58 % del valor calórico total del alimento. Los 3,7 g de azúcares simples que aporta por cada 100 g proceden en su totalidad de los azúcares añadidos. El consumo de cuatro palitos aporta el 10 % del límite máximo diario de azúcar recomendado. En este producto, el azúcar se emplea como crioprotector, para asegurar la estabilidad del alimento en los procesos de congelación-descongelación. También tiene acción estabilizante: retiene el agua y mantiene la textura.
? Sal. Contiene 1,97 g de sal por cada 100 g de alimento. El Ministerio de Sanidad considera que los alimentos tienen “mucha sal”, si contienen 1,25 g de sal por cada 100 g. Este producto tiene un 57 % más de sal que este umbral.
? Grasa. Tiene una cantidad moderada de grasa que procede del pescado del surimi (aunque se desconoce el tipo de pescado) y del aceite de girasol, que es refinado, por lo que no cuenta con los beneficios del aceite virgen.
? Proteínas. Tiene un aporte de proteínas de 4,9 g, muy inferior a la cantidad de proteína de distintas especies de pescado blanco (entre 10-17 g proteína/100 g). Aportan el 15 % del valor calórico total del alimento.
Valoración Nutri-Score y conclusiones
Imagen: Eroski Consumer
La valoración obtenida en el sistema Nutri-Score es C. Aunque la presencia de fibra y proteína le favorece en la puntuación, está gravemente penalizado por el elevado contenido en sal.
Pese a que los consumidores consideran este producto como una fuente de proteínas, está constituido mayoritariamente por hidratos de carbono de baja calidad, que suponen el 58 % de las kilocalorías que aporta el producto. Su contenido en pescado es de solo el 23 % del total de los ingredientes. Tiene una elevadísima cantidad de sal. Es un producto ultraprocesado desaconsejable desde el punto de vista nutricional.