Económicas, resultonas y muy sabrosas, las patatas fritas son uno de esos alimentos que gustan a todo el mundo y que resuelven gran cantidad de aperitivos y platos. Rinden mucho como guarnición, pueden servirse solas o con salsas y se preparan en unos pocos minutos. Pero ¿cómo mejorar los resultados de nuestras patatas fritas caseras? ¿Qué debemos tener en cuenta para lograr que salgan perfectas? Elegir las patatas adecuadas, apostar por un aceite de calidad y freírlas según el tipo de corte son algunos trucos sencillos que te contamos en este artículo para conseguir un resultado insuperable.
Patatas fritas: tres detalles que marcan la diferencia
Hay tres factores determinantes para conseguir unas patatas fritas perfectas: la calidad de la patata, el tipo de corte que hagamos y la fritura, con un aceite y una técnica adecuados. La receta, en sí, es muy sencilla. Y, además, es un plato que se hace con bastante rapidez: desde que empezamos a pelar las patatas hasta que nos sentamos a comerlas no pasan más de 20 minutos. Por ello, no merece la pena utilizar las patatas semi preparadas y congeladas. Es verdad que nos pueden sacar de algún apuro al tener la despensa vacía, pero no tienen comparación ni en sabor ni en textura.
1. Elegir las patatas
Las patatas por excelencia para freír son cuatro:
- Monalisa, que se cultiva en el norte.
- Kennebec, que es la famosa patata gallega.
- Bintje, que procede de Europa central.
- Turia, que es valenciana.
Es mejor que, cuando las compremos, tengan un aspecto terso, sin golpes y sin tallos que sobresalgan por su piel, ya que este es un indicativo de que la patata es vieja y ha perdido parte de sus cualidades.
2. Decidir el tipo de corte
Otro de los factores que hay que tener en cuenta es el tipo de corte. Existe un buen número de posibilidades según qué queramos conseguir. Dependerá si queremos patatas fritas como guarnición, como picoteo, si las presentaremos con una salsa o buscando un toque original.
Estos son los cortes más conocidos:
🥔 Patatas paja
Están cortadas a lo largo muy finamente: tienen 1 milímetro (mm) de grosor y unos 5 centímetros (cm) de largo. Se fríen de una sola vez y lo podemos hacer incluso con horas de antelación. Una vez fritas y crocantes, las podemos servir como picoteo, con salsas variadas…
🥔 Patatas cerilla
Son un poquito más gruesas que las patatas paja, de 3 mm de grosor y unos 5 cm de largo. Se fríen de una sola vez a la hora de consumir. Una buena guarnición para pescados o como picoteo con salsas.
🥔 Patatas bastón
Son más gruesas que las patatas cerilla. Tienen 5 mm de grosor y 5 cm de largo. Se pueden cocinar de una vez o en dos frituras. Es la patata por excelencia para acompañar filetes, croquetas o como guarnición de platos combinados.
🥔 Patatas españolas
Su corte es el tradicional de las patatas fritas: un poco más gruesas que las patatas bastón. Tienen 8 mm de grosor y 8 cm de largo. Son idóneas para añadirse a unos huevos fritos o unos huevos rotos con jamón o con chistorra.
🥔 Patatas puente nuevo
Son mucho más gruesas que las anteriores y para elaborarlas es necesario hacerlas en dos veces: una primera fritura a fuego lento y, después, una fritura más fuerte. De otro modo, la superficie se quemaría y el interior quedaría crudo. Tienen entre 1 cm y 1,5 cm de grosor, y una longitud de 8 cm. Se suelen poner tres trozos de patata por persona simulando un puente.
🥔 Patatas cuadradas
Son cubos de 3 cm por cada lado que también se fríen en dos tandas; en este caso, para ablandar y, luego, para dorar. Se sirven como picoteo y son las típicas patatas bravas o con salsa alioli.
🥔 Patatas chips o patatas inglesas
Se cortan en redondo y muy finas. En el momento de freír, se las deja ligeramente humedecidas y se fríen de pocas en pocas para que no se peguen unas a otras.
🥔 Patatas rejilla
Son parecidas a las chips y se preparan igual. La diferencia es que, a la hora de cortarlas, se utiliza una cuchilla especial que les da forma de rejillas.
3. Conseguir una buena fritura
La fritura es fundamental. Y en este aspecto, influye mucho la calidad del aceite. Debemos utilizar un aceite limpio y a una temperatura adecuada a la cantidad de patatas: lo apropiado es una freidora con aceite limpio a una temperatura de 180 ºC y el cestillo lleno hasta la mitad. Así, las patatas podrán moverse y se dorarán de manera uniforme, quedarán sueltas y crocantes.
Una vez fritas, las escurrimos en el cestillo para que suelten todo el aceite y las colocamos sobre una bandeja, salamos al gusto y servimos de inmediato para que no pierdan ni el calor ni la textura.
Trucos útiles para freír patatas
Si tenemos que elaborar muchas patatas, podemos tardar mucho si las hacemos todas a la vez. Una buena solución es freír en dos tandas.
- Primero se procede a ablandar la patata a una temperatura moderada-baja (esto sirve para los cortes bastón, española, puente nuevo y dados). Una vez que las patatas estén blandas, se retiran del aceite y se reservan.
- Justo antes de servirlas, les damos el otro golpe de fritura a temperatura fuerte, para que queden doradas y crocantes en el exterior, pero blandas en el interior. La sal se añade al final.
Otros aspectos que debemos vigilar son los siguientes: no amontonarlas en exceso y no taparlas. Por estas causas, se reblandecen después de freír.
👌 Sorprende con unas patatas suflé
Si quieres experimentar, puedes elaborar las patatas suflé, que son un poco más complicadas, pero muy ricas y curiosas.
- Su corte es en rectángulo. Tienen un largo de 6 cm, un ancho de 3 cm y un grosor aproximado de 3 mm. El resultado final será una patata hinchada y crocante.
- Para conseguir que la patata se hinche, se utilizan patatas con bajo contenido en agua.
- Después de pelarlas hay que secarlas, y tras cortarlas, también.
- Para elaborarlas, echa la patata en un recipiente moderadamente caliente y sin amontonarlas. Cuando veas que están blandas, pásalas a otra sartén con aceite muy caliente. Si está todo bien hecho, se hincharán como un globo.