La adolescencia es una etapa de la vida marcada por importantes cambios emocionales, sociales y fisiológicos. Sobre estos últimos, la alimentación cobra una especial importancia debido a que los requerimientos nutritivos, para hacer frente a dichos cambios, son muy elevados y es necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nutrientes.
Hay que hacer frente a la alimentación del adolescente sabiendo elegir los alimentos que garantizan una dieta variada, suficiente y equilibrada y organizando y estructurando las comidas a lo largo del día. Así mismo, es fundamental conocer aquellas situaciones que pueden afectar a los adolescentes y en las que se debe llevar a cabo alguna modificación de la dieta (actividad física extra, conductas alimentarias inadecuadas, enfermedades agudas o crónicas, etc.).
La adolescencia se caracteriza por ser la etapa de transición entre el niño y el adulto. La nutrición adecuada en este periodo entraña también dificultades por la personalidad más independiente del adolescente y por sus patrones de alimentación sociales, prescindiendo en ocasiones de comidas regladas que se sustituyen con frecuencia por picoteos entre horas, el inicio en el consumo de alcohol y comidas rápidas o de fast-food consumidas fuera del hogar.
Por otro lado, la preocupación que tienen los adolescentes en cuanto a su imagen corporal, en bastantes ocasiones, les condiciona a llevar cabo dietas restrictivas para acercarse a un patrón ideal de belleza, influenciado por el modelo social del momento y que puede dar lugar a serios trastornos de la conducta alimentaria, tales como anorexia y bulimia nerviosas o vigorexia. Por ello, es muy importante que la familia sepa transmitir a los hijos el respeto y amor por su cuerpo, al mismo tiempo que unos adecuados hábitos alimentarios y de estilo de vida.
Peligro de las dietas sin control profesional
El tratamiento de los trastornos alimentarios se basa en terapia psicológica y educación nutricional
En la búsqueda del «peso ideal» que imponen las modas, existe el peligro de caer en enfermedades como la existe el peligro de caer en enfermedades como la anorexia y la bulimia nerviosas. Las causas en ambos trastornos son múltiples y tan variadas como enfermos haya, sin embargo, lo cierto es que el 80% de los casos comienza cuando se inicia una dieta de adelgazamiento sin ningún tipo de control profesional.
También se relaciona su inicio con la no aceptación de los cambios corporales durante la adolescencia, con el incremento rápido de peso (por ejemplo, al dejar una actividad deportiva), con cambios importantes en la vida (cambio de domicilio, muerte de un ser muy querido…), complejos referentes al físico, problemas de relación, conflictos con la pareja o con los padres, entre otros.
Existen factores que vuelven a la persona más vulnerable: baja autoestima, vivir pendientes de lo se espera de nosotros o de dar satisfacción a los demás, tendencia al perfeccionismo o a exigirse no fallar, miedo a madurar, a crecer y a manejar la propia independencia, tener pensamientos extremos «bueno-malo, todo-nada, obeso-delgado»…
Respecto a los relacionados con la alimentación, es necesario evitar la realización de continuas dietas para adelgazar aparentemente inofensivas y sin control profesional, dedicar mucho tiempo a hablar sobre la gordura o la delgadez, la anarquía en horarios y comidas (a turnos, con prisas, desordenadas), los conflictos emocionales en torno a la alimentación (a veces las principales comidas se convierten en auténticas batallas campales lo que puede crear rechazo a la propia comida). Estos factores no determinan que se vaya a desencadenar un trastorno de la conducta alimentaria, pero se relacionan con un mayor riesgo.
La anorexia nerviosa es un trastorno grave que ha llevado a miles de adolescentes a dejarse morir de hambre. Se trata de un trastorno psicológico en el que la persona enferma cree que está gorda a pesar de estar extremadamente delgada. Se da más frecuentemente en adolescentes y jóvenes, pero también existen casos en personas de mayor edad. La bulimia está relacionada con la anorexia y consiste en que la persona come en exceso repentinamente y luego toma grandes cantidades de laxantes o diuréticos o se provoca el vómito. El tratamiento de ambas debe realizarse siempre por parte de expertos e incluye normalmente terapia psicológica y un programa de educación nutricional, que haga posible mejorar el estado nutritivo y restablecer una buena relación con los alimentos.