Los hay para todos los gustos y necesidades especiales: aptos para diabéticos, bajos en calorías para quienes cuidan su peso… Y es que con la llegada de los primeros días de sol se desempolvan las máquinas congeladoras y las vitrinas de los establecimientos se llenan de variados postres fríos. Detrás, las compañías y empresas del sector están nerviosas, pensando si todos los esfuerzos y estudios realizados en los meses precedentes tendrán la respuesta esperada en el público. Todo está «listo y dispuesto» para iniciar una nueva temporada de apetitosos y refrescantes helados. El consumidor de hoy es muy exigente, lo que obliga a que el término «innovación» se convierta en palabra sagrada para quienes tienen la misión de realizar las campañas de marketing.
La oferta es abundante
Helados de agua o leche, algunos con más y mejor chocolate, presentados en conos o vasos de plástico; diferenciados en segmentos etarios: más colores para los niños, más cantidad para los adolescentes, más calidad para los adultos.
Hoy día, gracias a las diversas técnicas de elaboración y a su composición nutritiva, los helados se pueden adaptar a todos los gustos (variedad de sabores, colores, texturas, ingredientes?) e incluso a las necesidades particulares (helados apropiados en caso de diabetes, bajos en calorías para quienes necesitan cuidar su peso, etc.).
Helados apetitosos, refrescantes y nutritivos
El helado, por ser una mezcla de diversos alimentos de alta calidad (leche, yogur, frutas y frutos secos, etc.), resulta refrescante, sabroso, nutritivo y en conjunto, de fácil digestión.
Su valor nutricional depende de los ingredientes que se utilicen en su elaboración: cantidad de agua (85-90% en polos, sorbetes y 50-60% en los de crema o leche), leche (entera, desnatada, polvo), mantequilla, nata, grasas vegetales (fundamentalmente grasa de coco o palma hidrogenadas), azúcar, frutos secos, concentrados de zumos, frutas, pralines, yema de huevo, chocolate, turrón, galletas, bizcochos, etc.
Calorías: aportadas por los hidratos de carbono y grasas que incluyen. El valor energético oscila entre 200-250 Kcal/100 g en los helados de crema o nata y las calorías son mucho menores para los helados de agua (no incluyen grasa) y los light (llevan poca grasa y edulcorantes sin calorías). Hidratos de carbono: incluyen sacarosa o azúcar común y glucosa o jarabe de glucosa. Los helados de crema o leche contienen como mínimo13 g de hidratos de carbono por cada 100 g. Ciertas heladerías elaboran helados especiales para personas diabeticas y emplean edulcorantes artificiales y/o fructosa. El frío disminuye la percepción de los sabores y produce una ligera anestesia en las terminaciones gustativas, por ello, para disfrutar al máximo del sabor de estos alimentos se añade más cantidad de azúcar. La grasa de los helados procede fundamentalmente de la leche y derivados (nata, mantequilla) y en menor proporción del coco y palma hidrogenadas. Estas grasas no han sido sometidas a cocción, lo que en parte explica que los helados sean fácilmente digeribles. Los helados que tienen como base crema o leche normalmente contienen sólo grasa láctea y, en caso de que se utilicen otras grasas, el fabricante lo debe indicar claramente en el etiquetado con las palabras «no contiene grasa de leche» o «contiene grasa vegetal».
Aunque el contenido en colesterol no es muy elevado, estas grasas son mayoritariamente saturadas por lo que conviene moderar su consumo, ya que tomadas en exceso se relacionan con aumentos de los niveles de colesterol en sangre y por tanto, con un mayor riesgo de enfermedades vasculares. Por su parte, los helados cuya base es agua y los light no contienen grasa ni colesterol. Proteínas: proceden de los lácteos, son fáciles de digerir y de alta calidad nutricional (alrededor de 5 g por cada 100 g de helado de crema o leche). Si además se adiciona yema de huevo, frutos secos, galletas, etc., la cantidad de proteínas aumenta, aunque estos ingredientes se emplean en cantidades muy pequeñas. Vitaminas: depende de la cantidad de leche y huevo, si llevan. Los helados tipo crema o leche aportan principalmente vitaminas solubles en grasa o liposolubles (A y D), así como vitamina B2.
Minerales: aportados principalmente por los lácteos, frutas y frutos secos (calcio y fósforo de la leche, potasio y magnesio de origen vegetal?). Los helados cuya base es el agua, apenas tienen elementos minerales.
Todo ello respalda la necesidad de considerar a los helados no como una simple golosina o como refresco veraniego, sino como un postre delicioso y nutritivo que aporta elementos importantes dentro de una alimentación equilibrada, tanto en la niñez como en la etapa adulta, siempre y cuando no se abuse del consumo.
Enlaces de interés:revista.consumer.es:Helados crema y helados de grasa vegetal, sabor vainilla revista.consumer.es:Helados de chocolate, uno a unorevista.consumer.es:Helados. Mucho más que una golosina