Los refrescos triunfan en verano, por su variedad de sabores y porque las burbujas dejan una agradable sensación de frescor. Sin embargo, los refrescos tradicionales tienen abundante azúcar: una lata contiene disueltos entre 30 y 35 gramos (el equivalente a cuatro o cinco sobres de azúcar), por lo que aporta muchas calorías vacías (energía sin ningún nutriente). Para mejorar la dieta sin renunciar a un capricho, estas bebidas se pueden sustituir por refrescos caseros, más saludables, más nutritivos y menos azucarados. El siguiente artículo ofrece unas cuantas ideas para elaborar en casa refrescos light y disfrutar de su frescura en los meses más calurosos.
Los refrescos tradicionales pueden formar parte de una dieta saludable y equilibrada si se consumen de forma ocasional y con medida. Sin embargo, en determinadas circunstancias, como en el caso de padecer diabetes, obesidad o triglicéridos elevados, son más aconsejables las versiones light. Estas sustituyen el azúcar por edulcorantes sin calorías, por lo que son bebidas con un valor energético muy inferior a la versión original, más adecuadas si se ha de controlar la ingesta de azúcar y las calorías de la dieta. Cabe señalar que, en el momento de elegir, el agua ha de ser siempre la principal bebida de referencia. Sin embargo, a veces apetece darse un gusto. En estos casos, antes de comprar un refresco industrial -sea o no sea light-, conviene echar un vistazo a la despensa y la nevera de casa. Con muy pocos ingredientes se pueden hacer refrescos caseros mucho más naturales, saludables y nutritivos.
Bebidas refrescantes, desde frutas hasta chocolate
Un refresco casero fácil de preparar y casi sin calorías es la granizado.
Para los apasionados del chocolate, es posible elaborar un delicioso refresco ligero de cacao con la mezcla de un litro de leche con cuatro cucharadas de cacao light en polvo y edulcorante, si se desea un sabor más dulzón. Si la leche es desnatada, las calorías del producto final son todavía menores. De esta forma, se obtiene un batido de chocolate con muy pocas calorías.
Sin embargo, las protagonistas de esta temporada son las frutas, en especial las que no se encuentran en otros momentos del año y que, por tanto, conviene aprovechar. Algunas sugerencias para elaborar en casa (y evitar que se eche a perder el excedente de frutas) pueden ser estas:
- Zumo fresco de ciruelas con fresas.
- Refresco de granada y naranja.
- Combinado de sandía y naranja.
- Bebida de kiwi y fresas.
Refrescos y hielo: polos y granizados
Con estas combinaciones de ingredientes, además de elaborar bebidas, también es posible hacer granizados y aditivos añadidos.
Para hacer un polo de hielo, se coloca la bebida en unos moldes alargados preparados para polos o en un vaso de yogur con un palito de plástico o de madera y se deja enfriar al menos durante cinco horas. Tanto los niños como los mayores podrán disfrutar de un polo de hielo con muy pocas calorías en cualquier momento del día, ya que el ingrediente principal es el agua (en un 85%-90% de su composición).
El aporte calórico de este alimento es escaso, alrededor de 70 calorías por 100 mililitros, frente a las 200-250 calorías por 100 mililitros de los helados de crema o leche. Los helados de hielo no contienen grasa ni colesterol, ya que en su elaboración no se utiliza nata ni leche. Tampoco contienen proteínas, unos nutrientes que sí están presentes en los helados de crema. Por tanto, el valor calórico de los helados de hielo dependerá de la cantidad de azúcar que se use.