Las magdalenas son preparaciones de repostería habituales en la mayoría de las culturas. Su elaboración es sencilla. Se hornean pequeños bizcochos, en general en unos moldes de papel rizado que se adhieren a la masa y consiguen la forma característica de este postre. Otra opción es cocinarlos en moldes metálicos, de silicona o en forma de concha, ya que la pasta se adapta a diversos recipientes. Este alimento, dulce y tradicional, comparte características con otros bizcochos y se elabora con aceite o mantequilla, en función de la región.
Ingredientes
Imagen: jenny
Los ingredientes necesarias para elaborar magdalenas son tres: azúcar, mantequilla y harina. De cada uno de ellos se utiliza la misma proporción, 250 g por cada seis huevos. Así se elabora la masa, que se puede aromatizar con canela, vainilla e, incluso, con un chorrito de ron. Si se prefiere dar a las magdalenas un toque fresco, lo más apropiado es añadir ralladura de cáscara de limón o de lima.
La preparación varía según la región. En el centro y sur de la península, se opta por el aceite de oliva, en lugar de la mantequilla. De esta forma, se pierde el sabor característico de esta grasa, pero el alimento resulta más saludable (cambia la grasa animal por una vegetal) y más fácil de digerir.
Receta sencilla
Para elaborar este postre, hay que batir los huevos enteros y mezclar con el azúcar y el aroma que se haya elegido. El uso de una batidora eléctrica de varillas consigue que doble su volumen y adquiera un color amarillo muy pálido.
Si se usan recipientes metálicos, hay que engrasarlos antes con un pincel de cocina mojado en aceite
Con una espátula o un cucharón, se agrega la harina tamizada con movimientos envolventes. En este caso, si se mezcla con una varilla, el volumen se reducirá y es probable que más tarde, al hornearlas, las magdalenas no suban. Si se agregan a la masa trocitos de frutas o de chocolate, es conveniente añadir una pizca de levadura para que la masa suba.
Una vez realizada la mezcla, se añade la grasa. Si se opta por mantequilla, hay que fundirla antes en un cazo a fuego suave y dejarla enfriar. Cuando esté a temperatura ambiente, se añade con movimientos suaves a la masa anterior. Si se emplea aceite, es recomendable agregarlo despacio a la masa y utilizar uno suave, de oliva, de girasol o mezcla de estos dos.
Cuando la masa está en su punto, se llenan los moldes hasta 2/3 de su altura. Si se usan recipientes metálicos, hay que engrasarlos antes con un pincel de cocina mojado en un poco de aceite. Los moldes se colocan en una bandeja que se introduce en el horno, puesto a calentar unos diez minutos antes, y la masa se cocina durante unos 20 minutos a 180ºC.
Para conseguir magdalenas variadas y de ricos sabores se puede añadir a la masa fruta madura troceada o cobertura de chocolate
La forma característica de la magadalenas, a modo de pico de montaña, se consiguen si se mantiene la puerta del horno cerrada durante la cocción.
Además, para conseguir un sabor distinto, basta añadir a la pasta -antes del horneado- trozos de fruta madura, como manzana, pera o melocotón. Otras opciones son: zumo de naranja, pequeños trozos de cobertura de chocolate, nata o frutos secos (almendras, nueces).