Los buñuelos se elaboran a base de una masa de harina que se mezcla con diferentes ingredientes y que se fríe en abundante aceite. Hay buñuelos de casi todo: de queso, bacalao, coliflor, puré de patata, nuez moscada, calabaza, manzana, e incluso de viento, un tipo de buñuelo muy hinchado y sin masa en su interior, que posteriormente se rellena con crema pastelera o nata montada y se espolvorea con azúcar glass.
Elaboración de la masa
La masa de los buñuelos es muy fácil de preparar. Si se quieren elaborar buñuelos para unas cuatro personas, hay que verter 3 decilitros de agua en un cazo junto con una pizca de sal y 120 g de margarina. Esta mezcla se deja hervir al mismo tiempo que se revuelve con una espátula de madera. A continuación, se añaden 180 g de harina y se remueve enérgicamente hasta que la masa quede lisa y homogénea. Conviene continuar removiendo la masa durante 2 o 3 minutos más para que se seque un poco. A continuación, se coloca la masa en un recipiente amplio fuera del fuego y se le añaden 5 huevos de uno en uno, para que cada uno esté perfectamente incorporado en la masa antes de añadir el siguiente. Es importante seguir trabajando la masa levantándola de vez en cuando para comprobar que cae a modo de cinta, lo que indica que ya está lista.
Con una cuchara se hacen porciones que se introducen en una sartén o freidora con aceite caliente. Según se fríe, la masa se va hinchando y adquiriendo un agradable color dorado. Cuando los buñuelos estén huecos por dentro ya se pueden sacar del aceite. Para reducir la cantidad de grasa que han absorbido durante la fritura, resulta útil colocarlos sobre un papel de cocina absorbente para que el aceite sobrante quede en él.
Buñuelos de manzana
Para elaborar estos sabrosos buñuelos se preparan pequeñas porciones de manzana sin pepitas que se pasan por la pasta de buñuelos cuando ésta todavía está cruda. De este modo la masa adquiere un suave sabor a manzana. Posteriormente se fríen en abundante aceite caliente y en el momento de servir se espolvorean con azúcar.