La primera persona que escribió sobre el pimiento fue Cristóbal Colón. Lo hizo el 15 de enero de 1493, durante su viaje de vuelta a Europa. «Hay mucho ají, que es su pimienta, della que vale más que pimienta, y toda la gente no come sin ella, que la halla muy sana», escribió el marino en su diario. El pimiento picaba más que la pimienta, tenía una notable presencia gastronómica y era considerado muy sano. Pero ¿lo era? La ciencia confirma que sí. Además de ver el porqué, en este artículo encontrará las claves para elegir los mejores y algunas otras curiosidades.
Los pimientos son buena fuente de fibra, tienen propiedades antioxidantes y son muy ricos en vitamina C. ¡Un pimiento rojo contiene el triple de vitamina C de lo que contiene una naranja! Aportan color y sabor a los platos con muy pocas calorías, son bajos en grasa y contienen otras vitaminas y minerales muy importantes para organismo, como la provitamina A y el potasio. Pero para que mantengan estas propiedades (sobre todo, en lo que respecta a las calorías), hay que tener en cuenta el modo de cocinarlos: fritos absorben mucho aceite, como sucede con las berenjenas.
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Trucos para elegir los mejores pimientos
Para comprar los mejores pimientos, hay que elegir los que sean más turgentes, carnosos y pesados en proporción a su tamaño. Cuanto más brillante sea su color, mejor. La piel debe ser lisa, sin manchas ni arrugas. Si vemos que tienen magulladuras o golpes, o que están un poco blandos al tacto, es mejor no llevarlos.
Los pimientos se conservan bien en lugares frescos y ventilados. Para que duren más tiempo en buen estado, se pueden guardar en la nevera, en una bolsa de papel o de plástico (con agujeros). También se pueden congelar para conservarlos durante meses con todo su sabor, si bien con esta técnica perderemos su textura.
¿Pimiento o pimienta?
El pimiento se llama pimiento debido a una confusión de proporciones planetarias. En América, su tierra de origen, se le conoce como ají. Cuando llegó Colón en su primer viaje, equiparó este fruto con la apreciada (y cara) pimienta que se importaba de India, así que, a su regreso a Europa, lo presentó como pimiento. No era lo mismo, pero también picaba.
El cultivo de este alimento se extendió con rapidez gracias a los monjes jerónimos. Yuste (Extremadura), La Ñora (Murcia) y Santo Domingo (La Rioja) son los enclaves que vieron crecer este fruto (sí, fruto) por primera vez en Europa.
Mucho se ha sembrado desde entonces hasta ahora. En la actualidad, España es el principal exportador de pimientos del continente. Y uno de sus derivados, el pimentón, es una de las especias más apreciadas de la gastronomía local. Y no solo eso: en nuestro país consumimos más de 210 millones de kilos de pimientos frescos al año y también existe una importante industria conservera que trabaja con cultivos locales y de importación. Muchos de los pimientos que se comercializan envasados proceden, como antaño, de América. Hoy, además de las cantidades, encontramos muchas variedades y presentaciones de este fruto en el mercado.