El aumento de las temperaturas en verano incrementa el riesgo de ciertos alimentos en cuanto a que pueden causar una intoxicación alimentaria, no sólo por una deficiente conservación en frío, sino también por los cambios en los hábitos de alimentación durante la estación que acaba de comenzar.
Los expertos advierten de que durante esta época del año hay que tener especial cuidado con aquellos productos que permanecen tiempo desde que son elaborados sin buenas condiciones de conservación y que se comen crudos.
«Los alimentos que entrañan un mayor riesgo de intoxicación son las salsas que lleven huevo, especialmente la mayonesa, los mariscos que se comen crudos o poco cocinados, y los helados artesanales», explica el jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Juan Canalejo de A Coruña y presidente de la Fundación Española de Patologías Digestivas, José Luis Vázquez Iglesias.
Con respecto a los helados, el doctor Vázquez advierte de que sólo los «de marca» ofrecen una garantía total de salubridad, ya que los artesanos suelen elaborarse con huevo y no siempre se conservan en las condiciones óptimas de frío.
El experto coruñés recomienda además consumir únicamente agua embotellada. «En ocasiones, se comete el error de pensar que en lugares de excursión o senderismo el agua de montaña es potable por el entorno natural, un riesgo que se puede evitar recurriendo a remedios caseros», indica Vázquez Iglesias.
Estos remedios serían perfectamente aplicables en casos en los que se duda de la salubridad del agua. «Una gota de lejía por litro de agua o llevarla a ebullición durante cinco minutos, sería suficiente para esterilizar el agua y así no sólo poder utilizarla para lavar fruta o verdura, sino también para beberla», comenta el especialista.
La ensaladilla, la más peligrosa
El buen tiempo propicia los desplazamientos. Esto hace que en muchas ocasiones optemos por comer en establecimientos a pie de playa o en la montaña, que en ocasiones no guardan las medidas higiénicas y de conservación de alimentos idóneas.
En estos locales, el alimento que entraña más riesgo de intoxicación es la ensaladilla rusa, ya que son este tipo de «tapas» las que suelen «conservarse en el mostrador, e ir de aquí para allá, descuidando así su necesaria conservación en frío y aumentando el riesgo de contagio», precisa el doctor Vázquez Iglesias. «Si pasa tiempo desde el momento de su elaboración hasta el consumo, pueden ser muchas las personas contagiadas con una sola fuente de ensaladilla», agrega.
La gastroenteritis es la intoxicación alimenticia más habitual y la patología digestiva que provoca mayor número de ingresos en urgencias junto a la salmonella. Los «síntomas más comunes son dolores abdominales en forma de retortijón, diarrea, náuseas o vómitos». No obstante, en estos casos será suficiente «suspender la alimentación» y recurrir a «sueros fisiológicos» para recuperarse.
En caso de que se padezca «mucho dolor, fiebre alta y vómitos», el doctor del Hospital Juan Canalejo recomienda acudir al médico, algo que conlleva obligatoriedad en caso de que los que sufran dichas dolencias sean «niños, ancianos o enfermos crónicos».