Hubo una época en la cocina en que era normal dar a los platos nombres de personajes famosos, príncipes, artistas o hasta militares (como el caso de este solomillo). Cocineros de prestigio cocinaban sus recetas preferidas y algunas han perdurado hasta la actualidad. Una de ellas es el solomillo Wellington. La receta original consiste en un trozo de esta pieza de carne, dentro de una lámina de hojaldre que, a su vez, lleva una capa de foie y un salteado de champiñones y trufas con cebolleta.
Envolver con hojaldre
El solomillo se envuelve en hojaldre como si fuese un paquete y se sellan los bordes con huevo
Para elaborar esta receta, se dora un poco la superficie del solomillo en una sartén, se salpimenta y se reserva. Por otra parte, se hace un salteado con cebolleta, ajo y unos champiñones, todo cortado en un fino brunoise (corte en cuadraditos muy pequeños), y se deja templar. Sobre una fina capa de hojaldre, se coloca una de foie y parte del sofrito de champiñones. Encima se coloca el solomillo y se cubre la parte superior con más foie y champiñones (se debe formar una capa de unos milímetros).
Se envuelve la carne con la capa fina de hojaldre y se cierra como si fuese un paquete. Se sellan los bordes y se pinta la superficie con huevo batido y, con cortes o tiras de hojaldre, se hace una decoración en la superficie del solomillo. Se introduce en el horno precalentado a 200ºC y se cocina durante unos 20 minutos. Una vez asado, se retira del horno y se deja reposar unos diez minutos.
Alternativas al relleno y al solomillo
Para servir, se corta en rodajas gruesas y se sirve en una fuente con una ensalada de escarola, aunque admite otras muchas formas de presentación. También se pueden preparar raciones individuales, por lo que el tiempo de cocción será un poco menor. En cuanto a los rellenos que acompañan al solomillo dentro del paquete de hojaldre, se puede prescindir del foie y sustituir por una compota de manzana o de ciruelas, incluso de frambuesas, para darle un toque más frutal y digestivo. En lugar del salteado de champiñones, es posible cocinar uno de setas variadas o, si se prefiere, uno de cebolla roja confitada a fuego suave.
En cuanto al tipo de carne, aunque la receta original marca el solomillo de vacuno, se puede preparar una versión más económica con solomillo de cerdo, una opción también muy sabrosa.