El ‘Steak Tartare’ es una preparación culinaria que nos llega desde la vieja tradición gastronómica del Este de Europa, cuyo origen se remonta a la época de Gengis Khan y sus guerreros mongoles.
En aquellos tiempos, en plena Edad Media, maceraban la carne cruda poniendo el filete entre la silla y el espinazo del caballo, como sistema de conservación y transporte de la carne. Esta sutil receta se convirtió en referente de snobismo gastronómico en el siglo XIX y ha llegado hasta nuestros días como una plato que se ofrece en la carta de muchos restaurantes clásicos.
¿Cómo se prepara?
La receta, aunque parece difícil, es muy sencilla de preparar. La mejor carne para su elaboración es la de vacuno cruda, en particular el solomillo, ya que es la pieza más blanda del animal. Se suele preparar junto con yema de huevo cruda, sal, alcaparras, perejil y mostaza.
Se ha de comprar el solomillo recién picado en la carnicería después de haberlo limpiado perfectamente. Antes de servirlo, se trabaja la carne con la yema de huevo y el resto de los ingredientes, de manera que queden perfectamente mezclados. A continuación se introduce la mezcla en la nevera, unos 5 minutos.
Cada comensal puede aliñarlo a su gusto añadiendo alguno de los componentes que se sugieren: ajo, perejil, cebolla y alcaparras picadas lo más fino posible, pasta de anchoas, salsa Perrins (una marca patentada realizada a base de especias) y tabasco al gusto, whisky, sal, pimienta y aceite de oliva. Por último, se le da una forma ovalada y aplanada como si fuese una hamburguesa.
Este plato se come frío y se suele acompañar de pan y mantequilla.