Tanzania, el país más grande de África Oriental, está situado en la costa Este del continente africano. La gran mayoría del terreno es semidesértico y en sus inmensas llanuras los amantes de los animales pueden disfrutar de su sorprendente fauna. El país engloba también las islas paradisíacas de Zanzíbar, Pemba y Mafia, situadas en el Océano Índico. Los turistas que viajan a Tanzania por lo general siempre visitan alguna de estas islas.
Dada la gran extensión de su territorio, las condiciones climáticas son muy variables, desde un clima polar por las noches en el interior del país, hasta las zonas de clima tropical de sus costas. Hay dos épocas de lluvias: las lluvias largas, con grandes aguaceros y violentas tormentas, desde marzo hasta junio, y las lluvias cortas y menos intensas, desde noviembre hasta febrero. Por este motivo, la estación turística habitual es de junio a octubre, si bien muchos turistas eligen los meses de enero y febrero para disfrutar de un tiempo menos caluroso, sin excesivas lluvias ni molestos moquitos.
Una tierra de lagos y montañas
Tres lagos forman una especie de fronteras naturales, el lago Victoria -el segundo más grande del mundo-, el lago Tanganyika y el lago Malawi. Las cercanías de estos y otros lagos albergan multitud de bosques tropicales con mezcla de cocoteros, plantas tropicales y plantaciones de café, algodón, banana y cacao. Además de sus inmensas llanuras, Tanzania también destaca por sus zonas montañosas. Al noreste del país se encuentra la montaña más alta del continente africano con 5.895 metros de altitud, el Kilimanjaro. Desde él se divisan unas maravillosas vistas que todos los montañeros desean contemplar.
Los parques nacionales y las reservas naturales abundan en este país, donde se puede apreciar una flora y una fauna espectacular. Los más visitados por los viajeros son el de Serengueti, Selous y Ngorogoro, ineludible la visita de este último por el interior de su gigantesco cráter. En todos ellos habitan especies de leones, cocodrilos, rinocerontes, hipopótamos, elefantes, búfalos, leopardos, jirafas y otras especies.
Ligeras tendencias islámicas
La gastronomía tanzana se caracteriza por la presencia de pescado en las zonas costeras y de carne en el interior. Las preparaciones suelen ser sencillas con el fin de que destaque la frescura de los productos utilizados.
Comenzando por las zonas del interior, uno de los platos más típicos es el nyama choma, barbacoa de carne variada a la parrilla. Quienes buscan probar carnes exóticas, podrán saborear el exquisito sabor de los filetes de búfalo, ñu o antílope. Si hay preferencia por carnes más tradicionales, se pueden pedir platos de cordero, de vaca o de pollo. En numerosos puestos callejeros se sirven kebabs, tiras de carne de cordero, aliñadas con salsas fuertes y acompañadas de maíz, judías verdes, patatas y, sobre todo, arroz. En este tipo de productos es donde se ve reflejada la tendencia islamista del país, sin embargo el alcohol se consume sin problemas en Tanzania.
Conforme el turista se va acercando a las costas, se puede degustar una gran variedad de pescados y mariscos frescos. Los pescados más habituales son la trucha, la perca, el pez tigre, el pez loro y el bacalao. Entre los mariscos que destacan están la langosta de Zanzíbar, las ostras y los langostinos gigantes que merece la pena probar.
Las ensaladas se suelen elaborar con frutas tropicales: mango, papaya, coco, plátano y piña. También se utilizan estas mismas frutas pero cocinadas como acompañamiento de la carne o el pescado.
Para acompañar las comidas se suele tomar la cerveza nacional, la Safari Leger, y los vinos tanzanos como el Dodoma Pink, rosado y el Dodoma Red, tinto. Todas las bebidas que se ofrecen son nacionales y entre ellas está el licor del país conocido como Kibgayi, una mezcla muy fuerte de ginebra y vodka.
Actividades para no olvidar
Visitar Tanzania es mucho más que disfrutar del safari. Son innumerables las actividades deportivas y de ocio que se pueden practicar, incluso dirigidas a aquellos que buscan las emociones más fuertes. Vuelo deportivo en el Serengueti, trekking de compromiso y submarinismo centran la oferta.
Otras actividades menos arriesgadas son las travesías en barco por los lagos del país, los viajes en globo sobre el territorio africano, así como los baños con delfines, el buceo o la navegación en las costas de Zanzíbar. Una vez allí el turista puede relajarse sobre las maravillosas playas de arena fina y exótica vegetación.
Además de llevarse unos inolvidables recuerdos en la memoria de quien lo ha disfrutado, se puede adquirir algún recuerdo material. Todos los mercados del país venden curiosidades como tambores africanos, antigüedades de cobre y algo muy típico, unos cuencos de ensalada tallados en madera.