Una casa con jardín, el ballet ruso al completo, esa foto de familia tan querida, el escudo de tu equipo favorito, princesas o superhéroes, hasta un reproductor de mp3. Cuando se trata de repostería, cualquier sueño puede servirse en bandeja. No importa lo ambicioso que sea. Basta usar la imaginación, encontrar unas cuantas ideas y practicar una y otra vez hasta perfeccionar nuestro estilo y dominar las técnicas. El siguiente artículo ofrece algunos consejos culinarios para quienes deseen desmarcarse de la típica tarta ya hecha, y tengan tiempo y ganas de sorprender con un bizcocho original y personalizado.
Consejos básicos para personalizar tartas y pasteles
Tarta Sacher, Selva Negra, San Marcos… En las pastelerías y los supermercados existen muchas opciones ricas, vistosas y prácticas, capaces de salvarnos de un apuro en cuestión de pocos minutos. Pero, ¿qué pasa cuando queremos sorprender con un pastel personalizado? Algunas pastelerías ofrecen este servicio. Lucen tartas con fotos comestibles, con motivos personales e, incluso, tridimensionales -tipo escultura- que representan al homenajeado y sus gustos. Ahora bien, ¿hace falta encargarlo todo o podemos crear estos pasteles en casa? ¿Qué necesitamos tener en cuenta? Los siguientes son algunos consejos básicos:
- Elaborar una tarta personalizada en casa no tiene mayor dificultad. El primer paso es hacer un bizcocho base y, para ello, debemos tener claro qué tipo de decoración intentaremos.
- Si queremos hacer varias alturas o figuras, jugar con los volúmenes, o personalizar el contorno, la mejor opción es el bizcocho plancha (el que se utiliza para enrollar y elaborar el brazo gitano), ya que es más elástico y permite que lo manipulemos sin romperse.
- Si vamos a decantarnos por un estilo más clásico, esto es, respetar la forma original del bizcocho y trabajar en una sola altura (para añadir, por ejemplo, una fotografía comestible o cubrirlo de chocolate, merengue o fondant), podemos elegir el bizcocho de masa genovesa.
- El glasé real y el fondant son estupendos aliados para decorar tartas. No solo sirven para cubrir la superficie y conseguir una textura homogénea, sino que su consistencia -parecida a la arcilla o la plastilina- nos permite crear figuras, estructuras, flores o personajes, todos ellos, comestibles.
- Este tipo de decoración conlleva cierta complejidad técnica y requiere de «pericia pastelera». No obstante, la creatividad y la práctica harán que cada vez obtengamos mejores resultados. Podemos comprar el fondant hecho para ensayar figuras y formas, y familiarizarnos con su ductilidad y textura. Los utensilios de repostería y los colorantes alimentarios ayudan mucho a moldear la fantasía.
Otra manera de ser originales -y sin necesidad de ser expertos escultores-, es preparar una tarta con imágenes en su superficie. Para ello, bastará utilizar una base de tarta tradicional y pegar encima una fotografía comestible del gusto del homenajeado (desde un personaje infantil o su equipo favorito de fútbol, hasta un bonito paisaje que traiga algún agradable recuerdo).
- Las fotos comestibles se pueden encargar en nuestra pastelería de confianza o, también, imprimirse en casa. Para esto último necesitaremos algunos implementos:
- Láminas de papel comestible. Pueden ser de arroz o de azúcar, aunque estas últimas son más recomendables, ya que los colores quedan más brillantes y son muy manejables y flexibles.
- Tinta comestible. Se vende en comercios de repostería, físicos y online, donde también es posible encontrar los folios. El precio de los cartuchos es un poco más caro que el de los convencionales.
- Impresora. En principio, se puede utilizar cualquier impresora para este fin, siempre que sea de chorro de tinta y que no la usemos para otra cosa. Si vamos a comprar una, un consejo importante es comprobar qué tipos de cartuchos hay en el mercado, para asegurarnos de encontrar formatos compatibles.
- Una vez impresa la figura, las letras o la imagen, se retira el plástico que trae para sujetar la hoja por la parte de atrás y esa parte es la que queda pegada al pastel con ayuda de un poco de almíbar en hebra floja, que utilizaremos como pegamento.
- También existen en el mercado obleas y papel comestibles con los personajes favoritos de los niños, que nos servirán para personalizar al gusto nuestras tartas.
- Cuando peguemos la lámina, es importante conservar la tarta en la nevera. El frío ayuda a que termine de pegarse y evita que se reseque la superficie.