En las celebraciones y fiestas señaladas se brinda con cava. Se trata de un vino espumoso que, dependiendo de su elaboración, ofrece un sabor más o menos dulce.
Pese a ser una bebida muy popular, al menos en las celebraciones, el desconocimiento de los tipos de cava nos puede llevar a una elección equivocada.
En primer lugar es necesario comentar que el cava es un vino espumoso que, debido a la técnica empleada para su elaboración, produce gas carbónico. Éste produce gran cantidad de burbujas: su conocida espuma. Tras la adicción de diversos «licores de tiraje» se procede a una segunda fermentación en botella cerrada alrededor de nueve meses.
Después de pasado este tiempo, se procede al degüelle o descorche de las botellas. Tras esta operación se le añade el «licor de expedición», que contiene entre otros elementos como brandy, cava viejo, etc. ciertas dosis de azúcares. Precisamente la cantidad de azúcar añadida es el indicativo de cada tipo de cava. Así en el mercado se pueden comprar:
Cava extrabrut: Contiene 6 g/l de azúcar.
Cava Brut: la proporción de azúcar es de 15 g/l.
Cava Seco: Tiene entre 15 t 33 g/l. de azúcar.
Cava Semiseco: Entre 33 y 50 g/l
Cava Dulce: Es el que tiene una proporción de azúcar superior a 50 g/l.
La temperatura de servicio de los cavas debe situarse entre los 6º C y los 9 º C y es adecuado para tomar con mariscos, pescados, quesos y carne de ave, además de acompañar perfectamente a los postres.