Los picos, también llamados colines, son palitos de pan de diferentes tamaños y formas que tienen una consistencia dura que se asemeja a la de los biscotes debido a su bajo contenido de agua. Por este motivo se conservan en buen estado durante mucho tiempo.
Variedad de formas y tamaños
Cuanto más largos y finos, mejor los mastican los niños y las personas mayores
Los colines y picos se ofrecen en numerosos bares, restaurantes y otros establecimientos de hostelería para amenizar la espera de la comida. Ésta es en muchos casos la manera en que se dan a conocer, lo que anima a muchas personas a comprarlos para su consumo en el hogar.
Existe una gran variedad de picos en el mercado de forma que se puede elegir el que más se adapte a los gustos de cada persona. Los hay refinados e integrales. Estos últimos incluyen más cantidad de fibra debido a que se elaboran con harina integral, lo que favorece el tránsito intestinal.
Los picos de pan presentan además formas muy variadas, redondeadas, alargadas, gruesas o finas. Cuanto más finos son los picos más fácilmente se van a masticar, aspecto a tener en cuenta en los más pequeños y en personas mayores.
Comprobar la lista de ingredientes
Los ingredientes básicos que incluyen los picos son la harina de trigo, el agua, la levadura y la sal, es decir los ingredientes básicos de la masa tradicional de pan. A algunos de ellos se les añade también grasa lo que aumenta el aporte calórico. La grasa suele ser aceite vegetal, manteca de cerdo o mantequilla. La adición de grasas se comprueba leyendo la lista de ingredientes que indica el envase. En otros casos se incluye ajo para dar un sabor más especial a los picos.
Más calorías que el pan normal
Si 100 g de pan blanco presenta 250 calorías, los picos alcanzan las 300 e incluso en ocasiones, las 400
Al tener menos agua que otros panes los picos poseen una mayor concentración de nutrientes -sobre todo de hidratos de carbono- y tienen un aporte calórico superior al de otras variedades.
En concreto, los picos más sencillos contienen unas 300 calorías por cada 100 gramos. El pan blanco ronda las 255 calorías por 100 gramos. Y si se les incorpora algún tipo de grasa o aceite, la cantidad de grasa y energía aumenta llegando a superar en algunos casos las 400 calorías.
Los picos que contienen aceites vegetales en su elaboración no tienen colesterol. En cambio, si la grasa que se añade es manteca de cerdo o mantequilla sí que aportan colesterol. No obstante, no todos los aceites vegetales son iguales, de modo que los picos más saludables son aquellos que en caso de añadir grasa vegetal incluyen aceite de oliva o semillas -girasol, soja…-, ricos en grasas insaturadas, y no aceites de coco o palma que constituyen grasas ricas en ácidos grasos saturados, al igual que la manteca o la mantequilla.
Ventajas e inconvenientes de su consumo
Se trata de un pan fácil de digerir, indicado para personas que padecen digestiones pesadas, mujeres embarazadas o quienes tiene problemas digestivos
Los picos contienen poca agua, al igual que el pan tostado, lo que hace que sean fáciles de digerir. Esto implica que quienes tienen digestiones pesadas o padecen de otros problemas digestivos como gastritis o úlcera, los toleren mejor que el pan normal.
Las personas con problemas en la dentadura conviene que elijan los ejemplares más finos que requieren de menor masticación. También pueden diluirlos en leche para que se reblandezcan y sean más fáciles de comer.
Por tratarse de palitos de pan individuales son alimentos muy cómodos y fáciles de tomar en cualquier sitio y a cualquier hora. No obstante, se ha de tener en cuenta su aporte de hidratos de carbono y energía, así como la cantidad de consumo, con el fin de evitar ingerir más calorías que las que el cuerpo necesita.
Por último, dado su elevado contenido de sal, quienes tienen hipertensión, retención de líquidos u otras afecciones que requieren controlar la cantidad de sal de la dieta, conviene que limiten o eviten el consumo de este tipo de panes.