El estudio «Adolescentes, el último emperador», elaborado por la Consultora TNS Wordlpanel, refleja que los productos frescos representan el 17% de la cesta de la compra en hogares con adolescentes, frente al 21% de las familias sin adolescentes. El trabajo destaca la influencia de los adolescentes en las decisiones de compra y afirma que su tipo de alimentación anticipa un retroceso de la dieta mediterránea.
Los hogares con jóvenes de entre 13 y 19 años gastan anualmente en alimentación 2.055 euros, frente a 1.468 euros de media del resto de hogares, según el informe, que añade que el adolescente es un «emperador» con gustos propios y definidos, «caprichoso y cambiante, acostumbrado a tenerlo casi todo» y que prefiere «lo dulce, lo placentero, los platos rápidos y los sabores intensos». Por ello se decantan por las pizzas, las patatas congeladas, los fritos y los fiambres en detrimento de productos frescos y tradicionales.
A la hora de elegir bebidas frías, los adolescentes se decantan por los refrescos de cola o bebidas carbonatadas, mientras que en lo referente a las calientes eligen las de cacao. Además, los adolescentes escogen como postres el arroz con leche, los platos con nata montada o yogur de frutas y, en caso de optar por una fruta, prefieren la mandarina o el plátano, más fáciles de pelar.
Por todo ello, los adolescentes constituyen un objetivo clave para los mercados de gran consumo, debido a su influencia en las compras de la familia y a su importante papel como prescriptor de los hábitos alimenticios de los hogares, según Pere Vives, de TNS.