Un estudio del Servicio de Investigación Agraria de Estados Unidos ha mostrado cuál debería ser la mejor forma de cocinar los ajos para que estos no pierdan sus propiedades más saludables. Los ajos, y en menor medida las cebollas, contienen tiosulfinatos. Son compuestos sulfurados que, además de ser responsables del sabor característico y del picor en los ojos, tienen efectos cardiosaludables. Son sustancias muy volátiles que se pierden cuando los ajos se cocinan.
El estudio ha tratado de ver cuál es la mejor manera de que conserven sus propiedades. El mejor resultado se ha observado con ajos picados o triturados. Incluso ligeramente cocinados siguen manteniendo sus beneficios. Sin embargo, nunca deberán cocinarse al microondas, ya que este electrodoméstico elimina prácticamente todos los compuestos saludables del ajo, incluso en tratamientos suaves.