Un amplio análisis del valor nutricional de las palomitas de maíz llevado a cabo en Estados Unidos ha revelado tal cantidad de calorías que ha sorprendido a quienes creían haber elegido un alimento en cierta forma saludable. Una bolsa mediana de este aperitivo, acompañada de un refresco mediano, una ración habitual en cualquier sesión de cine, contiene nada menos que el equivalente calórico de tres hamburguesas untadas con 12 porciones de mantequilla.
La organización sin ánimo de lucro que ha hecho el estudio, el Centro para la Ciencia y el Interés Público, ya realizó un trabajo similar hace 15 años y, lejos de lograr una moderación del consumo, la ingesta de palomitas de maíz se ha popularizado aún más. Tanto es así que las palomitas constituyen un complemento tan lucrativo para la industria como las películas que proyectan en sus salas.
«¿Quién podría esperarse unas 1.500 calorías y una cantidad de grasa dañina para el corazón que habría que repartir en tres días?», se pregunta Jayne Hurley, la nutricionista responsable del trabajo. «Toda esa grasa saturada es la que contiene una barra de mantequilla de la que compramos en el supermercado», agrega. Incluso si se comparte una porción pequeña de palomitas entre dos personas eso implicaría consumir el valor de un día de grasas saturadas, que son las que taponan las arterias y están vinculadas con la enfermedad cardiaca, explica Hurley.
Otras de las paradojas que saca a la luz el estudio es que muchas personas que van al cine adquieren palomitas de maíz en lugar de dulces y productos azucarados, que tienen una propaganda más negativa. «La realidad es que usted no estará adoptando una sabia decisión en ninguno de los dos casos», afirma Hurley.
Los dos gigantes de la exhibición de películas en Estados Unidos, Regal y AMC, han salido al paso del nuevo informe con el argumento de que ambas probaron alternativas más saludables tras los análisis similares realizados en 1994, pero no fueron bien recibidas por la mayoría del público. «Las palomitas de maíz y otros alimentos ligeros son vistos como un placer adicional y no como parte de una dieta habitual», indica en defensa de estos productos el presidente y director de Regal, Greg Dunn.