Las malformaciones congénitas afectan a día de hoy a un 1,12% de los recién nacidos en España. Por ello, varios especialistas en este campo solicitaron ayer a las administraciones planes para reforzar con ácido fólico los alimentos, medida que permite reducir hasta en un 40% estos defectos, sobre todo los casos de espina bífida. Unos 400 microgramos de ácido fólico al día, además de reducir la aparición de casos de malformaciones en los recién nacidos, pueden llegar a disminuir los riesgos de accidentes cerebrovasculares y los infartos de miocardio.
En el transcurso de la presentación ayer de la vigésimo octava Reunión Anual del Estudio Colaborativo Español sobre Anomalías Congénitas (ECEMC), Javier González de Dios, pediatra del hospital alicantino de San Juan, la directora del Centro de Investigación sobre Anomalías Congénitas, María Luisa Martínez-Frías, y su homólogo del «Birth Defects Center», de la Universidad del Sur de Florida, Jaime Frías, resaltaron la importancia de que las mujeres en edad reproductiva tomen ácido fólico y sigan una dieta equilibrada, sin consumir alcohol ni tabaco, para prevenir la aparición de defectos en sus futuros hijos.
A pesar de estas recomendaciones, sólo un 15% de las españolas en esta situación lo hace, porcentaje que se incrementa hasta un 80% cuando están embarazadas, precisamente cuando la medida ya no es eficaz a efectos de prevención. Países como Estados Unidos, Chile, Costa Rica o Canadá han adoptado planes de fortificación con ácido fólico de alimentos como harina y cereales, lo que ha permitido reducir la aparición de malformaciones entre un 30% y un 40%. Sin embargo, en Europa esta práctica no se ha extendido aún.
Las malformaciones genéticas, de las que el síndrome de Down es la más frecuente y conocida, seguida de las cardiovasculares, los defectos genito-urinarios y los músculo-esqueléticos, afectan actualmente en España a un 1,12% de los recién nacidos. La cifra oscilaba entre un 2% y un 3% hasta 1985, pero a partir de ese año comenzó a reducirse debido a la aprobación de la ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo en estos casos, explicó la doctora Martínez-Frías.
Los especialistas afirmaron que la adopción de planes de fortificación de alimentos con ácido fólico también redundaría en la reducción de «falsos diagnósticos por desconocimiento o errores de ecografías», así como la cifra de los abortos relacionados con la existencia de malformaciones en el feto.