¿Hay vegetales que pueden provocar dermatitis en verano?
El apio, el perejil, la naranja, la lima y el limón, la zanahoria o los higos contienen furocumarinas, compuestos que se depositan en la piel cuando los tocamos —algo habitual en agricultores o jardineros—, o cuando manipulamos estos alimentos, por ejemplo, al exprimirlos. También llegan a acumularse bajo la piel cuando se ingieren en grandes cantidades.
Si posteriormente nos exponemos al sol, puede producirse fitofotodermatitis, una reacción que se manifiesta con enrojecimiento, edema, ampollas y vesículas en las zonas de piel descubiertas. Las lesiones pueden picar y causar dolor. El verano es una época propicia para que se produzcan porque es el periodo en el que las plantas acumulan mayor cantidad de furocumarinas y nuestra exposición a la luz ultravioleta es mayor.
Las lesiones aparecen entre 12 y 72 horas después de tomar el sol. El cuadro no es grave y no hay un tratamiento específico. En ocasiones, la piel queda de un color más oscuro durante meses, una vez que se recupera la lesión.
¿Por qué al cocer la lombarda unas veces el agua se tiñe de rojo y otras de morado?
Las hortalizas moradas, como la lombarda, deben su color a las antocianinas, pigmentos vegetales que cambian su color según el pH. Si el agua en la que se cuecen tiene un pH neutro o ligeramente básico, se teñirá de morado; mientras que si se echa un chorro de limón o de vinagre, que reducen el pH, será de color rojizo.
¿Las bebidas energéticas son aptas para todo el mundo?
El consumo de las bebidas energéticas implica riesgos, principalmente por su alto contenido en cafeína (unos 32 mg/100 ml). En adolescentes, tomar más de 60 mg puede provocar alteraciones del sueño y, a partir de 160 mg (una lata de 500 ml), efectos psicológicos y trastornos cardiovasculares.
En España su consumo supone el 2 % del total de bebidas refrescantes. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los menores de 18 años beben una media de dos litros al mes e incluso hay quien alcanza los siete litros. Los niños de entre 3 y 10 años también están familiarizados con ellas: el 18 % las toman de forma habitual. De hecho, se ha informado del fallecimiento de menores debido a la ingesta de varias de estas bebidas en poco tiempo.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda que se evite el consumo en niños, adolescentes, mujeres embarazadas y lactantes, personas con hipertensión, problemas cardiovasculares o alteraciones del sueño. Además, aconseja no combinarlas con bebidas alcohólicas, ya que enmascaran los efectos depresores del alcohol, ni tomarlas como bebida de reposición tras hacer deporte.
¿Comer vegetales protege contra la diabetes?
Un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard en más de 10.000 personas concluyó que el consumo de alimentos de origen vegetal se asocia a un menor riesgo de diabetes tipo 2. Esta investigación descubrió que las muestras de sangre de las personas que seguían una dieta basada en plantas contenían metabolitos específicos (unos compuestos que se producen durante el metabolismo de los alimentos) que protegen de esta enfermedad.
¿Por qué no hay que comer las semillas de algunas frutas?
Las almendras amargas, las semillas de las manzanas o los huesos de las frutas de verano contienen glucósidos cianogénicos, unos compuestos que se transforman en cianuro si entran en contacto con las enzimas de las propias plantas al machacarlos o las enzimas de la digestión cuando se mastican. El consumo de muy pequeñas cantidades puede producir mareos, vómitos o dolor de cabeza y en mayores cantidades puede ser letal.
Los huesos de albaricoque y melocotón contienen una cantidad importante, pero no es relevante, ya que solo comemos la pulpa. Sí es un problema si hacemos caso a algunos mensajes falsos que animan a consumir estas semillas y huesos en forma de harinas o suplementos asegurando que previenen enfermedades como el cáncer. Es falso y una práctica peligrosa, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
¿Abusar del tomate puede tener riesgos?
No. A menos que sea el alimento básico en una dieta restrictiva que elimine el resto de productos o se tenga una alergia al tomate, su consumo habitual en distintos formatos no tiene efectos adversos. Aunque en los tomates verdes y en las hojas hay glicoalcaloides que la planta usa como defensa frente a plagas, no alcanzan una cantidad suficiente para producir efectos tóxicos y, además, no aparecen en la fruta madura.
En contra de las creencias populares, no se relaciona con un mayor riesgo de gota, aunque contiene ácido úrico, y puede ser consumido por personas que tomen anticoagulantes, ajustando la medicación para que su vitamina K no tenga interacciones.
¿El dióxido de titanio ya no es seguro?
Este aditivo se usaba en alimentos como sopas, salsas, ensaladas, pastas o chicles como colorante por su poder blanqueador. En 2019 se reevaluó su seguridad y no se pudo descartar que pueda tener efectos adversos para la salud reproductiva. Aunque no supone un problema inmediato, el dióxido de titanio ya no se considera seguro y desde febrero de este año no puede utilizarse como aditivo.