Es bien conocido el papel beneficioso de la vitamina D en la masa ósea, en ciertas alteraciones metabólicas y en los trastornos dentales. Estudios actuales hablan también de su potencial para prevenir cánceres, enfermedades cardiovasculares y diabetes. A pesar de que las causas aún se desconocen, ahora una nueva investigación europea añade beneficios y afirma que dicha vitamina «milagrosa» también podría estar asociada a disminuciones en los niveles totales de mortalidad.
Imagen: Adrian WoldEstudios anteriores habían sugerido que las deficiencias en vitamina D podrían estar asociadas a un mayor riesgo de mortalidad por cáncer, enfermedad cardiaca y diabetes. Una investigación reciente de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer en Lyon (Francia) y del Instituto Europeo de Oncología en Milán (Italia) afirma ahora que las dosis habituales de suplementos de vitamina D parecen estar asociadas a disminuciones en los niveles totales de mortalidad. Aunque se requieren más estudios, los autores especulan que dicha vitamina podría reforzar el sistema inmunológico o frenar las metástasis tumorales.
No son muchos los alimentos que contienen vitamina D. Los pescados con aceite natural, la leche o los huevos son los principales. Las necesidades extra de dicha vitamina acostumbran a cubrirse con alimentos fortificados, la mayor fuente dietética de dicha vitamina. La propia leche fortificada y algunos derivados (margarina o mantequilla) o los cereales fortificados de desayuno son un buen recurso para los que no quieren tomar tabletas o cápsulas vitamínicas.
Menor riesgo de muerte
Publicado recientemente en la revista Archives of Internal Medicine, el estudio se ha basado en un meta-análisis de 18 ensayos clínicos publicados antes de 2006 y que implicaron a 57.300 participantes.
La dosis media de vitamina D en los ensayos fue de 528iu (unidades internacionales), pero con cantidades que abarcaron de 300iu a 2.000iu (los suplementos comerciales de vitamina D comprenden generalmente de 400 a 600iu). En una media de periodo de seguimiento de cerca de 6 años, 4.777 de los participantes murieron. De los nueve ensayos que habían recogido muestras de sangre, aquellos que habían tomado suplementos tenían los niveles de vitamina D entre 1,4 y 5,2 veces por encima de los que no lo habían hecho.
El análisis de los resultados mostró que aquellos que habían consumido vitamina D tuvieron un siete por ciento menos riesgo de morir durante el periodo. Tras estos efectos, Philippe Autier, director del estudio y miembro de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer en Lyon (Francia), afirmó que «es el primer estudio en mostrar que el consumo de una vitamina tiene un impacto sobre la mortalidad».
Un hallazgo controvertido
Este estudio llega en medio del debate que intenta esclarecer la relación entre las vitaminas y la suplementación. Aunque el consumo regular de las mismas se relaciona a menudo con la reducción de ciertos tipos de cáncer y de enfermedades cardiovasvulares, algunos estudios han hallado que los complementos no tienen ningún efecto sobre estas enfermedades.
El mismo Autier afirma, en este sentido, que «otros estudios han mostrado que la vitamina E no tiene un efecto sobre el cáncer». Asimismo, una investigación previa sugirió que los complementos multivitamínicos no reducen el riesgo de cáncer. Sin embargo, si se atiende a los resultados del estudio, la vitamina D podría ser la excepción. Aun así, los investigadores llaman a nuevos estudios que profundicen más en los resultados. «Los mecanismos por los cuales la suplementación de la vitamina D disminuiría la mortalidad no están claros» afirmó Autier.
No están claros los mecanismos por los que los suplementos de vitamina D disminuirían la mortalidad
A pesar del vacío que aún existe sobre el papel beneficioso de la vitamina D, la cuestión urgente es la de incidir en la conciencia pública sobre la necesidad de suplementación. Esta es la opinión de Edward Giovannucci, de la Escuela de Harvard de Salud Pública y autor del editorial que acompañó el estudio publicado. Añade que «los resultados de este meta-análisis deberían conllevar actitud más activa para identificar, evitar y tratar la deficiencia de vitamina D».
¿Suplementos o luz solar?
La vitamina D es una vitamina esencial para la vida y un importante regulador del metabolismo del calcio y del fósforo. Su deficiencia puede conllevar osteoporosis, debilidad muscular, fracturas y diversos tipos de cáncer, así como enfermedades infecciosas y cardiovasculares.
Tradicionalmente se ha recomendado la exposición al sol de cara y brazos varias veces por semana, junto con la ingesta de vitamina D a través de los alimentos, para cubrir las necesidades diarias de la vitamina (5 mcg para personas adultas). Pero la vía alimentaria se convierte en imprescindible si se tiene en cuenta que, a medida que las personas envejecen, la exposición solar no consigue tales efectos. En este sentido, Autier propone un rango de entre 400 y 600ui diarias de suplementos de vitamina D. «No existe la necesidad de tomar más, sería una locura», apuntó.
El científico francés también recomendó la exposición de la piel a la luz solar. Ésta es una cuestión polémica iniciada desde que se publicaron los primeros estudios que corroboraban esta teoría. Un ejemplo cercano lo encontramos en un estudio inglés que, hace un año, proponía de 10 a 15 minutos diarios de exposición solar como buen recurso para satisfacer los requerimientos vitamínicos. La respuesta en Estados Unidos no tardó en llegar y se llevaron las manos a la cabeza. Con más de un millón y medio de personas al año diagnosticadas de cáncer de piel en el país, los expertos apostaron por la suplementación de la vitamina a través de alimentos fortificados o de productos dietéticos en lugar de la exposición solar.
Las caídas desencadenan de forma habitual una causa de muerte o de incapacidad en la tercera edad. Investigadores holandeses han confirmado en un reciente estudio que la vitamina D podría también incidir en este motivo de mortalidad. Según la investigación, el déficit de vitamina D podría estar relacionado con las caídas. En los resultados, los científicos afirman que la adquisición de esta vitamina a través de la alimentación, la exposición solar y los suplementos podría reducir el riesgo.
Según la directora del estudio, Marieke Snijder (Universidad Vrije de Amsterdam) la vitamina D, aparte de su papel decisivo (junto con el calcio) en el mantenimiento de la salud ósea, es clave en la situación de la masa y la fortaleza musculares.
Los investigadores publicaron sus hallazgos en la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism. Para el estudio, midieron los niveles de vitamina D en sangre de 1.231 adultos de 65 o más años y los siguieron durante 1 año para comprobar el número de caídas que sufrían. Durante este tiempo el 33% se cayeron al menos una vez, y el 11% dos o más veces. La investigación concluyó que los hombres y mujeres con déficit de vitamina D tienen un 78% más de posibilidades de caer dos veces que aquellos con niveles adecuados de la misma.