Quesos untables: en qué debes fijarte
Antes de elegir, presta atención a estas 5 cosas:
- Tipo de producto. La denominación de venta nos indica la clase de producto que es. El queso blanco pasteurizado es más apreciado desde el punto de vista nutricional y comercial que el queso fundido.
- Ingredientes. Lo idóneo es que en los quesos blancos pasteurizados el ingrediente mayoritario sea la leche y que, en los quesos fundidos, sea el queso. También es deseable que no haya ingredientes lácteos de menor calidad comercial, como proteínas de suero o permeato de lactosa (o, al menos, que no sean mayoritarios).
- Proteínas. Por lo general, cuanto mayor sea el contenido de proteínas, mejor.
- Grasa. Desde un punto de vista organoléptico o gastronómico, es deseable que el contenido de grasa sea elevado, porque aporta untuosidad y sabor.
- Sal. Cuanto menos haya, mejor (se considera excesiva a partir de 1,25 %).
Comparativa de quesos para untar
Recomendaciones de compra
- En el grupo de quesos fundidos, los tres productos analizados en nuestra Guía de Compra tienen el mismo precio y la proporción conjunta de grasas y proteínas es similar. Pero Président crema de Camembert es el que declara una mayor proporción de queso entre sus ingredientes (60 %) y el que contiene menos sal (1,6 %), frente al de los otros dos productos (2,1 %), así que sería la mejor opción.
- Entre los quesos blancos pasteurizados, las mejores opciones son, por este orden, Eroski, San Millán clásico y Cremette. Los tres presentan una cantidad notable de grasa y proteínas (28 % – 31 %) y una cantidad de sal relativamente baja (0,61 % – 0,98 %). Además, San Millán está elaborado con leche de producción local. Si consideramos todas estas características y el precio, la mejor opción es Eroski (0,97 euros), que cuesta casi la mitad que el más caro (Philadelphia original, 1,97 euros).
¿Es mejor optar por productos sin lactosa o bajos en grasa?
Hay personas que eligen productos sin lactosa porque piensan que son mejores para la salud o más digeribles, como se señala injustificadamente en el envase de Quescrem. Sin embargo, este tipo de productos solo resultan útiles para las personas que presentan intolerancia a la lactosa. En caso de no tener este problema, consumir alimentos sin lactosa no aporta ningún beneficio para la salud.
En cuanto a los productos bajos en grasa, que coloquialmente llamamos light, tienen un menor aporte calórico, lo que puede resultar positivo en ciertas situaciones, por ejemplo, para personas que deben restringir la cantidad de grasa o energía. Pero también tienen otras implicaciones: aportan menos vitaminas, generalmente tienen sabores y texturas menos agradables y son menos saciantes, lo que puede hacer que acabemos comiendo mayor cantidad.
Así pues, quizá es más conveniente optar por la versión normal, destinándola a un consumo poco frecuente y priorizando otros alimentos más saludables, sean lácteos o no.