La acidez es una sensación de ardor en el pecho o la garganta. Se manifiesta cuando el ácido del estómago refluye al esófago, el conducto destinado a llevar alimentos y líquidos ingeridos desde la boca hasta el estómago. Algunos alimentos, fármacos, las bebidas alcohólicas e, incluso, el embarazo pueden provocar acidez. Una serie de precauciones ayudan a aliviar los síntomas de la acidez. Si no ceden, habrá que consultar al especialista.
¿Por qué las embarazadas tienen ardores?
Quemazón dolorosa detrás del esternón que surge del estómago y se va irradiando hasta la garganta. ¿Quién no ha sufrido alguna vez acidez? Los datos disponibles aseguran que es un problema habitual: cerca de un 10 % de los adultos manifiestan este síntoma al menos una vez a la semana y uno de cada tres, de forma mensual.
En el caso de las embarazadas el porcentaje aumenta de manera considerable. Muchas lo sienten casi a diario. De hecho, más del 50 % de las gestantes experimentarán alguna vez pirosis, ardor o acidez durante el embarazo, según diversos estudios.
Los síntomas pueden comenzar a partir del tercer mes de gestación, pero su incidencia es mayor en el tercer trimestre, cuando la presión del útero sobre el estómago es más importante. Esto se debe, en gran parte, a que la progesterona (hormona sexual femenina cuyos niveles se incrementan en el embarazo) relaja el músculo del esfínter esofágico inferior y enlentece el vaciado gástrico o a que el contenido estomacal regresa, irrita la zona e, incluso, la inflama. No obstante, es un cuadro reversible, ya que los síntomas se resuelven una vez que ha nacido el bebé.
Cuando este síntoma persiste, o se repite con cierta frecuencia, es posible que se sufra la enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE. En este caso, habrá que consultar al médico. En la esofagitis se experimenta una sensación de ardor en la parte inferior del esófago, detrás del esternón (tórax), que se desplaza de forma ascendente hasta la garganta. Algunas veces se regurgita un líquido que deja un sabor ácido o amargo muy desagradable en la boca. Estos síntomas pueden durar más de dos horas y con frecuencia empeoran después de comer.
¿Se puede prevenir la acidez en el embarazo?
Los especialistas aconsejan que, para aliviar y prevenir en lo posible los molestos síntomas de la pirosis, se realicen algunos cambios en el estilo de vida y se adopten estas medidas higiénico-dietéticas:
✅ No acostarse enseguida después de comer
Es mejor esperar al menos dos horas, ya que estar tumbado o recostado favorece el reflujo gastroesofágico.
✅ Elevar el cabecero de la cama
Puedes subirlo de 10 a 15 centímetros con la colocación de tacos debajo de las patas de la cama, para que la gravedad mantenga el contenido gástrico en el estómago. El uso de almohadas no da tan buen resultado porque provoca la flexión del tronco y un aumento de la presión intraabdominal.
✅ No es aconsejable agacharse después de comer
✅ Comer poco y a menudo
Las comidas deben ser de poca cantidad y a menudo. Se han de distribuir en 5 o 6 tomas.
✅ Evitar los alimentos que aumentan la acidez
Hay ciertas comidas que pueden empeorar los síntomas, como ciertos condimentos (vinagre, pimienta u otros picantes), cítricos (naranja, mandarina, pomelo, limón) y sus zumos, platos con tomate o salsa de tomate.
✅ Prescindir de alimentos que retrasan el vaciado gástrico
Estos son las bebidas carbonatadas (con gas, en especial las bebidas de cola), café, té, chocolate y alimentos o preparaciones grasas (fritos, estofados o guisos grasos). También hay que evitar las infusiones de menta piperita, que relajan el esfínter y favorecen el reflujo.
✅ Aumentar la ingesta de líquidos entre las comidas
Se trata de no beber durante las comidas para no aumentar el volumen del estómago, sino entre comidas. Beber a pequeños intervalos ayuda a prevenir la acidez y las náuseas.
Recomendaciones para aliviar la acidez, ¿qué tomar?
➡️ Claves nutricionales para calmar la acidez
Expertos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), apuntan las claves para una alimentación adecuada de la embarazada:
- Reducir el consumo de alimentos calóricos, como bollería, grasa o embutidos. Para aumentar de forma sana el número de tomas, se pueden utilizar alimentos como verduras, frutas, hortalizas, legumbres, lácteos bajos en grasa y cereales —mejor integrales— y sus derivados.
- No hay que “comer por dos”. Además, un exceso de peso supone un riesgo tanto para la salud de la madre como para su bebé.
- Aumentar la ingesta de líquidos: agua, infusiones, caldos, zumos de fruta sin azúcar añadido y bebidas sin alcohol.
- Ingerir alimentos ricos en ácido fólico (verduras de hoja verde, frutas como el plátano, legumbres, cereales y cerveza sin alcohol), calcio (lácteos y derivados) y hierro (legumbres, carnes huevos y mariscos).
➡️ Tratamiento farmacológico contra la acidez
En general los antiácidos se consideran seguros —si no se toman en dosis elevadas y de forma continua—, es mejor consultar antes al especialista, ya que no se han realizado estudios adecuados —ni en animales ni en humanos— con antiácidos que contienen aluminio o magnesio.
Sin embargo, sí se ha descrito que pueden causar hipo, hipermagnesemia y aumento de los reflejos tendinosos en los neonatos cuyas madres han tomado de forma crónica este tipo de antiácidos, sobre todo, en dosis altas.