Durante el embarazo es fundamental mantener una alimentación sana y equilibrada. Una de las pautas esenciales es evitar el consumo de comidas que pueden afectar al correcto desarrollo del bebé y al mantenimiento del buen estado de salud de la madre. En este artículo se explican los riesgos de consumir algunos alimentos como la cafeína, el pescado crudo o poco hecho y algunas especies como el pez espada, tiburón, atún rojo y lucio. También se describen los peligros de la leche sin pasteurizar y de la carne cruda o poco cocinada. Y ofrece seis recomendaciones en la cocina durante el embarazo.
1. La cafeína: consumo moderado durante el embarazo
El café, el té, los refrescos de cola y el chocolate deben de ser consumidos con moderación durante el embarazo. La razón es que todos estos alimentos contienen cafeína, una sustancia que traspasa la placenta y se asocia con algunos efectos farmacológicos como la alteración de la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y el sueño.Una embarazada no debe ingerir más de 200 miligramos de cafeína diarios
Tal como señala la investigación incluida en el Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas, un programa coordinado por el Instituto de Salud Carlos III (dependiente del Ministerio de Economía), no se observa «una relación de la cafeína ni con defectos congénitos ni con el peso del recién nacido«. No obstante, los autores de este trabajo coinciden con otros expertos en la recomendación de reducir al máximo la ingesta de cafeína durante el embarazo (menos de 200 miligramos al día) y, si es posible, también durante el periodo en el que se planifica la gestación.
A modo de orientación, estos son los contenidos aproximados de cafeína que posee una ración de los siguientes alimentos o bebidas:
Una taza de café: 103 miligramos.
Una lata de refresco de cola: entre 35 y 41 miligramos.
Una taza de té frío: 11 miligramos.
40 gramos de chocolate negro: 194 miligramos.
2. Pez espada, tiburón, atún rojo y lucio: no consumir
Por sus altos beneficios nutritivos, el pescado es uno de los alimentos que se recomiendan consumir con asiduidad tanto en el embarazo, como en la lactancia. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición indica que es preferible evitar el consumo de algunas especies durante la gestación.Las especies no aconsejadas son el pez espada, el tiburón, el atún rojo y el lucio. Todas ellas contienen altos niveles de mercurio, una sustancia de elevada toxicidad que traspasa la placenta y puede alterar el desarrollo del bebé. Según señala la Agencia de Seguridad Alimentaria, solo una ración de pez espada a la semana superaría la ingesta máxima tolerable de mercurio para una mujer embarazada.
3. Pescado crudo o poco cocinado: evitar el consumo
La listerosis es una infección producida por la bacteria Listeria monocytogenes, que se contrae con el consumo de alimentos contaminados. Esta enfermedad es considera peligrosa para las mujeres embarazadas, ya que provoca alteraciones graves en el feto, que pueden terminar en aborto, nacimiento prematuro e, incluso, fallecimiento.Entre los alimentos susceptibles de estar contaminados con la bacteria destacan ciertos productos pesqueros, como los pescados frescos y congelados, así como los que son sometidos a tratamientos conservantes o térmicos ligeros para el consumo. Esto incluye a los ahumados en frío, los marinados o fermentados, el caviar o el marisco cocido.
El pescado crudo puede estar contaminado con la bacteria de la listerosis, peligrosa para la embarazada
Por este motivo, el Comité Científico de Agencia de Seguridad Alimentaria recomienda a las mujeres gestantes que eviten el consumo de productos derivados del pescado crudo o poco cocinado. Este organismo señala, no obstante, que cuando se cocina de forma adecuada el pescado se desactiva la bacteria. Pero recuerda que, para evitar la enfermedad, también es preciso respetar de un modo estricto las medidas higiénicas de prevención de la contaminación cruzada de alimentos.
4. Leche sin pasteurizar: no recomendada en el embarazo
La leche cruda, sin pasteurizar, es otro de los alimentos que tienen probabilidad de estar contaminados con la bacteria Listeria y, por tanto, la embarazada puede contraer la listerosis con su consumo. Para evitar la infección, la ‘Guía para la prevención de defectos congénitos’, editada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, recomienda a las gestantes tomar siempre leche pasteurizada y no consumir los derivados lácteos que hayan sido elaborados con leche cruda como los quesos frescos, brie, camembert, roquefort o feta.
5. Carne cruda o poco hecha: no consumir
La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria muy común y poco peligrosa. Pero, si se contrae durante el embarazo, puede provocar graves problemas al bebé. Por este motivo, los médicos realizan una prueba específica al principio del embarazo, para determinar si la mujer ya ha padecido esta infección en el pasado y, por tanto, está inmunizada.En caso contrario, es preciso que la gestante tome determinadas precauciones para evitar el contagio. Una de las principales es retirar las carnes crudas o poco hechas de la dieta, ya que son fuentes comunes de transmisión de la enfermedad.
El parásito de la toxoplasmosis se enquista en el tejido muscular de los animales y la única forma de destruirlo es por el calor o la congelación. En este sentido, la guía del Ministerio de Sanidad recomienda a las embarazadas consumir solo carne cocinada como mínimo a 66ºC o congelada a menos de 20ºC durante 24 horas, como mínimo. Asimismo, aconseja evitar las hamburguesas (la carne central puede permanecer cruda después del cocinado), y no consumir embutidos, ni productos como el chorizo o el jamón serrano, si no se congelan antes.
Por otra parte, la carne cruda también puede ser portadora de la bacteria que produce la listerosis, de modo que para prevenir posibles riesgos, es mejor que su consumo sea evitado por todas las gestantes.
1. Limpiar bien todos los utensilios de cocina que se han utilizado para manipular alimentos crudos (carnes, verduras, pescados) con el fin de evitar el posible contagio a otros alimentos.
2. Lavarse bien las manos antes y después de tocar los alimentos.
3. Limpiar a conciencia las verduras, hortalizas y frutas antes de su consumo.
4. Cocinar muy bien todos los alimentos, en especial las carnes, mariscos y pescados. Comprobar siempre si alguna parte ha quedado cruda.
5. Verificar la fecha de caducidad de los productos alimenticios.
6. No recalentar más de una vez las comidas.